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lunes, 7 de julio de 2014

Manoseo de la fiesta

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Un cúmulo de información y fotografías inundan las redes sociales en torno a lo acontecido en la pasada feria de Cutervo, tercera en importancia si se quiere en el país.   

Un ciclo que consta de siete tardes de toros en honor a San Juan Bautista, que va en paralelo a la de Chota, pero que este año –aún cuando se planteó un feria por todo alto- resultó que divagó por bajo de lo planteado mera responsabilidad de sus organizadores.

Mal que el tramo menor de tres astados por tarde se haya entregado a matadores  en perjuicio de las novilladas que eran únicas en el país. Y ante la endeblez del resto de carteles, repetitivos, decidí no ir al tramo final.  Pero más pesó no volver a vivir la farsa fiestera como cuando Ferrera, todo un matador de toros encerrado con Victorinos, se pachangueó y forzó el indulto de un novillito del hierro lambayecano.  Aquella vez fui para que no me lo cuenten.  Ahora ya me dio igual. 

No me gusta decir ‘no me equivoqué’.  Me desagrada comprobar que somos los mismos taurinos los que nos encargamos de petardear la fiesta creyendo que la indultitis de enclasados o no faltos de presentación taparán el oprobio internacional causado a una feria que pone dinero e ilusión pero que tozudamente tropieza con la misma piedra, una y otra vez.   

Lo primero que debe cuidar una feria y un ganadero es la presentación de los toros, con edad  y trapío. Pagan y no les dan lo que compran,es lo que comentan que pasó; como que también dicen por ahí que existe un encierro ‘para Acho’ en oferta a las figuras para que los pidan.  Será que esos debieron ir a las faldas del Ilucán… simple manoseo de la fiesta.