Me enteré por el comunicado de Taurolima de la salida del cartel ferial de Acho del torero FERNANDO ROCA REY y no puedo menos que mostrar mi sorpresa ante la noticia. Porque hoy por hoy Roca Rey es el símbolo de la Fiesta en el Perú, gracias a su participación en El Gran Show de Gisela, aguantando como lo hace ante la cara del toro, los embates, bajezas e insultos de los contrarios, estoicamente, para conseguir ayudar a una soñadora. Y por ello, Roca Rey debió cerrar este año, abrochar su temporada, como corresponde a una figura nacional, toreando y porque no triunfando, en la plaza de toros de Acho, catedral del toreo en América.
El caso es que asuntos de despacho de la empresa gestora de la Feria han hecho que Roca Rey no esté en el cartel de la Corrida de la Peruanidad, dando paso al ingreso del francés Juan Bautista. No soy quién para juzgar razones empresariales, ya dicen que cada maestrillo con su librillo, pero sí para pensar que el ofrecimiento de la Corrida de la Peruanidad se debió sostener, porque se publicitó desde la apertura del abono, y con nombres propios, y por ello era importante respetar entonces el puesto al torero nacional, en la persona de Fernando Roca Rey.
Y si yo misma me apuro en entrar en detalles, lo hago porque en su momento hice la misma reflexión a petición del gerente de la empresa, firmante del comunicado. Y porque me ampara, no sé si la razón, pero sí mi sentimiento de aficionada. Creo que la participación de Roca Rey en el Festival Flamenco del 23 de octubre en Lurín, aún con el tirón mediático que hoy ostenta su persona, bajo ningún aspecto a mi entender menoscaba, perjudica, degrada, daña, lastima o afecta la corrida para la que estaba contratado en Acho el 14 de noviembre. Ni artísticamente ni en cuanto a la asistencia de público, por el reducido aforo del local y por otras consideraciones que ahora señalo.
Los taurinos, esos que estamos en festejos fuera de feria, sea en Acho o no, bien conocemos que el público al que va dirigido ese festejo menor no necesariamente sería el mismo. El de Lurín podría estar por el lado del snob-turista con otro tanto aportado por el aficionado de hueso colorado, que por esta fecha estará ya retratado en la taquilla ferial con su abono y que creo no representa un porcentaje importante del público que de seguro estará en Acho esa tarde, gracias (uno) al interés que ya ha despertado la Corrida de la Peruanidad y (dos) por el tirón mediático que el propio Roca Rey ha generado vía su presencia como profesional del toreo en el medio televisivo y en señal abierta, a nivel nacional. Y de hecho los que andamos las calles somos testigos de excepción de esto último, del interés extra-muros taurinos que “el torero”, como le llama la gente de la calle, ha despertado por verle en Acho, porque dicen que “si así baila, como torea…”.
Me parece que en este caso el impase ha sido producto de un exceso de celo profesional, por ambos lados, si acaso una medición de fuerzas con un único perjudicado, nuestra Feria del Señor de los Milagros como estandarte de nuestra Fiesta Nacional que merecía una Corrida de la Peruanidad revestida de un impresionante marco de público y con la foto de tres toreros peruanos triunfando en una arena más que bicentenaria como la que se yergue orgullosa como un tiesto sol (en palabras de Zeñó Manué).
Mandones siempre hubo y habrá en la Fiesta pero hay momentos en que las posiciones deben ceder mirando un fin superior: Nuestra Feria del Señor de los Milagros, nuestra Fiesta Nacional. Por ello, atrevidamente, me permito llamar a la reflexión a los empresarios de Lima, don Nazario Villafuerte y a Freddy Villafuerte (antes torero que empresario), y al diestro Fernando Roca Rey; y con ese mismo desparpajo les pido que retomen el dialogo y lleguen al punto del cual nunca debieron alejarse. Empujar el carro de nuestra feria nazarena y de nuestra Fiesta Nacional. Taurinismo les sobra, y orgullo porque nuestra feria sea la mejor de América también.
Si Taurolima nos está dando una FERIA (así en mayúsculas) con los figurones del toreo contemporáneo y 4 de ellos amarrados en la de cierre sabiamente en un cartel histórico no sólo para Acho, ante las circunstancias por qué no abrir el serial con más abolengo de América con las tres figuras peruanas anunciadas y acompañadas del triunfador de la plaza más importante del orbe taurino. No permitan que pierda la feria, no permitan que pierda el aficionado. Ganemos todos. Dicen por ahí que quien pide al cielo y pide poco, es un loco. Sí, Señor de los Milagros, loca por mi feria -tu feria- nazarena en Acho que este año estará mejor que nunca.