Por Pedro Abad-Schuster
En la provincia de Canta, a unos 3200m de altura, en la sierra de Lima, se esconde el pueblito de Carhua. Un paisaje de postal, aire puro, ganado manso en las praderas, y unos 200 habitantes, más los mil forasteros que llegaron de la capital peruana para la fiesta "La octava del Arcángel San Miguel". Un pueblo con gente llena de fe al santo y de afición a los toros, capaz de alquilar una plaza portátil, comprar 6 toros de casta y contratar 3 matadores con su cuadrilla completa. Con plaza casi llena, la portátil Toropuckllay, en tarde de sol y mucho polvo, se lidiaron 6 toros de la ganadería de San Pedro, el mejor del lote el segundo, interesantes el cuarto y sexto, pero a todos les faltó motor.
Francisco Javier Corpas, de verde y azabache, oreja y vuelta. Juan Carlos Cubas, de hueso y plata, dos orejas y dos orejas, con salida a hombros tras recibir el trofeo de la tarde. Y Paco Céspedes, de celeste y oro, silencio y palmas tras aviso. La última faena fue la mejor, con gusto y sentimiento, pero el torero de Chiclayo fallò con la espada. Le veremos en su tierra norteña de Chiclayo el domingo 31 de octubre, en cartel con Octavio Chacón y toros de Montegrande (de las Hijas de Roberto Puga). Y al día siguiente 1 de noviembre, Alfonso de Lima, Sergio Ferrer y el novillero Andrés Roca Rey El Andi, con Aucallama y Montegrande. Incidencias de Carhua: el banderillero Dennis Castillo sufrió un puntazo en el 5º, y fue llevado al Hospital de Canta. El Santi fue declarado mejor banderillero de la tarde. (Fuente: toros prensa Perú).