domingo, 22 de noviembre de 2009

Figurón Perera se impone en Acho y un gran toro de Montegrande


MAGALY ZAPATA

Pudieron ser cuatro y la cosa quedó en una y una, las orejas cortadas por Miguel Angel Perera hoy en Acho, pero ni uno ni otro corresponden con la impronta de figurón que ha dejado en la arena del Rímac. Seguridad, aplomo, firmeza, plan resolutivo son apenas algunos adjetivos a su labor. Con dos toros de diferente condición, su primero de Montegrande, extraordinario y merecedor de la vuelta al ruedo pedida por el público y negada por el juez, al sexto de La Ahumada que si bien fue noble y se desplazó, se vino a menos y tuvo un punto de sosería sabiamente reemplazado por quietud de plantas y ataque de MAP que no dudó en dejarse rozar la taleguilla para conseguir la rotundidad de una salida por la puerta grande. El Juli, muy bien en su primero e incomprendido en su segundo en tanto que El Cid otra vez sin suerte con el lote.

Julián López “El Juli” no más abrirse de capa mostró su calidad manejando el percal, meciendo brazos y corazón a tiempo que el burel con un son exquisito acompañaba el cadencioso trazo suave y lento que imprimía el de Velilla. Temple y gusto, tanto como hondura y sometimiento aplicó Julián en su trasteo, de pellizco en algún natural que por pulsear por abajo resultó casi en redondo. Pinchó arriba y aunque luego recetó un estoconazo de los suyos, la parroquia no dejó aflorar los pañuelos para premiar con justicia al madrileñó. Saludó desde el tercio pero no pudo refrendar con el 4º un toro que no posibilito lucimiento de capote y con la muleta tuvo peligro. Intentó buscarle las vueltas y cuando macheteó un sector no lo entendió y lo protestó.

Manuel Jesús “El Cid” reapareció tras dos meses de para y se le vio con ganas pero sobre todo con el oficio pedido por su lote, los peores de cada casa. Huidizo en extremo el primero al que logró por capacidad sujetar en su muleta, tapándolo y dándole tablas; y peligroso y mirón el 5º, que incluso le pegó un zarpazo del que sin ser herido resultó cortada la taleguilla. Una pena que tras cinco años de ausencia, como entonces hoy no se le haya podido ver la dimensión y especialmente el portento de su zocata.

Y volvemos a donde empezamos. A cantar y contar la puerta grande de Miguel Angel Perera. 3º de nombre “mesonero” con el número 65 y 461 kilos de peso fue uno de esos colaboradores que todo torero sueña pero con el que si no se está a la altura, descubrirte puede. Sin embargo MAP estuvo –y cómo- a la altura. Lances a pies juntos en los medios, variado y muy torero en los remates de corte gallistas. Tuvo un punto de blandura el burel por lo que eligió no castigarlo mucho en varas. De muleta se plantó en los medios y se lo trajo desde 30 metros que el jabonero emprendió a galope puro y cuando MAP le cambió el terreno la plaza estalló y puesta en pie lo ovacionaba, mirando como se lo pasaba una y otra vez sin enmendar terreno. Temple, relajo en las muñecas, suavidad en los toques, donosura y ceñimiento cuando lo requería el momento pero sobre todo mucho mando derrochó en su labor que correspondió con la espada. Qué más hay que hacer en Acho para que el desorientado juez conceda doble trofeo me pregunto. Primer hurto de la tarde porque el tercero (el segundo fue la vuelta no concedida a “mesonero) llegaría en el sexto, un toro noble pero soso que tuvo la virtud de desplazarse y a ese punto es que la emoción la puso el torero, acortando distancias, tapándolo por abajo y ligando, estuvo muy por encima del burel que cuando se sintió podido terminó por protestar los muletazos, rebrincado y descompuesto, ante un torero que estuvo más firme y seguro si cabe. Otro contundente espadazo con corte de trofeo y gritos de “otro juez” como corolario del tercer hurto de la tarde perpetrado por un juez que peca de afición y falta de sensibilidad. Gracias a Dios que la salida a hombros no se la pudo quitar. Y el llamado “mano a mano” ganadero, por ahora –que falta 1- quedó en 2-1 a favor del ganado nacional.

Plaza de toros de Acho. Domingo 22 de noviembre 2009. 3 toros de Montegrande (1º bueno con son aplaudido en el arrastre, 3º extraordinario con galope y clase con petición de vuelta al ruedo, y 5º complicado y con peligro) y 3 de La Ahumada (1º noble rajado, 2º deslucido y con peligro, 6º noble y soso).