La cuestión es que en España desconocemos la realidad del toreo en América. Cuando hace algunos años veíamos festejos desde la que es la plaza más importante de ese continente, la Monumental de México, lo presenciado nos causó una profunda impresión negativa, por lo menos vimos algunas corridas con unos toros sin trapío y con los pitones inexistentes. Tampoco el nivel de los premios era exigente. Eso, en la plaza Monumental de México, aunque es de justicia admitir que también sale el toro serio en algunas corridas. Lo que hemos visto de Quito, sencillamente para llorar, sobre todo cuando los festejos han sido comentados por Canal Sur.
Por tanto, con el desconocimiento que tenemos de la Fiesta en América, hay una sensación de que aquello no tiene mucho nivel, por lo que esos triunfos tienen un valor limitado para la campaña española. Seguiremos atentos a lo que ocurra, pero por desgracia ni América es lo que era en materia financiera, ni tampoco parece que el nivel sea lo suficientemente alto como para elevar a importante las orejas que ahora comenzaremos a leer que se cortan por las plazas de Ecuador, Colombia, Venezuela o Perú. Y en México, pues tampoco es oro todo lo que reluce.
(Extracto de artículo firmado por Carlos Crivell para Sevillatoro /toros.com)
APUNTE: Puede que el periodista tenga algo de razón aunque todo pasa por la manera como vemos un vaso a mitad, medio vacío o medio lleno. Antaño era una necesidad para su economía que los toreros hicieran la América y el toro no era mejor, ni en fenotipo ni en genotipo, que el de hoy. Hogaño, sin ser nada despreciable el tema económico creo que sí que les calma los nervios, porque es un dineral lo que piden y les dan, amén que los mantiene en plena actividad, viendo pitones y con público que les colma la autoestima, en momentos que sin tener la presión que viven en Europa, especialmente por lo que suceda en la temporada española, lo llevan con más relajo y sirve para tener una hoja de vida con los hitos requeridos para considerar figura de uno y otro lado del charco.
Por tanto, con el desconocimiento que tenemos de la Fiesta en América, hay una sensación de que aquello no tiene mucho nivel, por lo que esos triunfos tienen un valor limitado para la campaña española. Seguiremos atentos a lo que ocurra, pero por desgracia ni América es lo que era en materia financiera, ni tampoco parece que el nivel sea lo suficientemente alto como para elevar a importante las orejas que ahora comenzaremos a leer que se cortan por las plazas de Ecuador, Colombia, Venezuela o Perú. Y en México, pues tampoco es oro todo lo que reluce.
(Extracto de artículo firmado por Carlos Crivell para Sevillatoro /toros.com)
APUNTE: Puede que el periodista tenga algo de razón aunque todo pasa por la manera como vemos un vaso a mitad, medio vacío o medio lleno. Antaño era una necesidad para su economía que los toreros hicieran la América y el toro no era mejor, ni en fenotipo ni en genotipo, que el de hoy. Hogaño, sin ser nada despreciable el tema económico creo que sí que les calma los nervios, porque es un dineral lo que piden y les dan, amén que los mantiene en plena actividad, viendo pitones y con público que les colma la autoestima, en momentos que sin tener la presión que viven en Europa, especialmente por lo que suceda en la temporada española, lo llevan con más relajo y sirve para tener una hoja de vida con los hitos requeridos para considerar figura de uno y otro lado del charco.