viernes, 28 de octubre de 2022

Tauropolis: No es el otro Roca Rey, es Fernando El Mayor y se va un domingo, como llegó

Por Magaly Zapata

Me enteré que volvía y yo también volví.   El, volvía porque hace 18 años que en ese ruedo toreó en misma fecha y por vez primera  en público, casi un niño, en terna con Cubas y Herencia. Yo estuve ahí, acontecimiento que no quise perderme.  Hace más de 10 que  no pisaba el festival de Las Delicias…  apenas un novillo.  Y ese fue para Fernando Roca Rey.  Vine porque quería verlo abrir su temporada nacional después de dos años alejado de los públicos…   Porque aquella ultima, o penúltima, vez en Acho estuvo sembrado, como nunca en el coso de abajo el puente. 

Y en aquel entonces añadí, y hoy me ratifico. 

…con su hermano menor, figurón y número 1 mundial pero ojo, que éste, el mayor,  tiró del carro como figura nacional y reivindicó además la figura del torero en la pantalla chica y a nivel nacional,  con el baile puso el toreo en boca de todos, en los medios masivos de comunicación….  Todavía recuerdo aquella noche en el hotel de Tarma después de una tarde exitosa en Palca, y delante del ganadero don Rafael Puga, contarnos con seriedad y circunspecto la oferta de la tele. Y echó la pata adelante…

Y con categoría añado, que el afán de testificar el acontecimiento me hizo estar en el estudio de la tele alguna vez para acompañarlo… 

Nos asoló la pandemia y lo volví a ver en  La Esperanza 2021, en aquel festival que reabrió Lima a la tradición taurina cuando estábamos apenas empezando  a empezar (vale la redundancia) de manera oficial, sin escondrijos.  Verlo en el patio de cuadrillas y como siempre sonriente, elegante y perfectamente trajeado, con un corto de pintura, con estilo y sabor añejo con zahones,  dispuesto a disfrutar de una pasión que la hizo su vida, y cuando eso sucede amigo, lo que se realiza en un ruedo trasciende y trascendió, su poso y reposo, su oficio con el eterno carisma.


Ya te digo que no soy de seguir toreros, pero a Roca Rey  “El Mayor”, a Fernando, al que lo he tenido  como un guerrero  que no quiere dar tregua al paso del tiempo –que así lo escribí el 2018-  por esas cosas de la vida y desde  pequeño, antes de su debut en Las Delicias 2001, fui testigo  cuando junto con Cubas, Simpson entre otros niños ilusionados participaron en aquel certamen “buscando un torero” que organizó el diestro Gabriel Tizón por el año 2000, y la vida me permitió narrarlo en directo para un  Canal N que entonces lo permitía.  Estuve en hitos de su historia, debut de becerrista en Andahuasi 2001, debut con caballos en Pachacamac 2002, debut novilleril en Acho 2003, su presentación de novillero en la Plaza de Toros de Santamaría en Bogotá, un agosto en su temporada de verano, su alternativa en Acho 2005 y sigue y sigue;  como  aquel 2008 en Bambamarca que toreó con su hermano, el menor, un incipiente pero corajudo becerrista que con 12 años ya vertía el oficio carismático  por todos los ruedos del país y de su mano, con su ejemplo, un vídeo con la entrevista que le hice al entonces llamado “Andi”  que aun circula  dan fe de ello.  Y cómo no,  aquella tarde del 2011  que triunfaron los hermanos en Huamachuco ante “los Marcelinos” en la que Antonio José Pavón se presentó de luces en nuestro país.  O  alguna tienta en la ganadería de don Roberto Puga, primera en la  que el menor viajaba sin la presencia de su padre, al cuidado de Fernando “El Mayor”.


 El tiempo pasó y la hora llegó,   Fernando, a quien bauticé “El Mayor”  en el lejano  2018 se va pero deja escrita una parte de nuestra historia taurina en la que junto con Juan Carlos Cubas fueron el entusiasmo primero y la realidad después, compartieron y compitieron desde el año 2000 en  aquel certamen que ganó el huancaíno.  Y por años protagonizaron una época sin ningún atisbo de duda, con el aporte de peruanidad y formalidad que ello implica a través de estos años.  Ambos cruzaron fronteras para crecer, en el caso de Fernando ha toreado también en Venezuela, México, Panamá y hace muy poco en España, cerrando ciclos.  Pero se me antoja, con mucho de cimbreo emocional, que su mayor entrega  a nuestra historia ha sido constituirse en ejemplo y referente de un Andi que llegó a ser Andrés porque lo vio entrenar y hablar de toros en casa, porque cuando los padres permitieron empezó a viajar, a torear, a tentar con el hermano mayor y gracias a ello pudo desarrollar su gran talento desde muy pequeño, viviendo siempre en torero, alimentando su ambición de ser el más grande, para gloria de nuestro Perú.  Por ello, porque siempre lo consideré así, me alegra leer en redes  las palabras del  Andi  hacia su hermano, El Mayor.   Ha sido un privilegio que me regaló la vida, pasear el Perú taurino y  verlos crecer como seres humanos y profesionales al mismo tiempo.  Un tiempo que a pesar de la diferencia en años, los unió más allá, en  una hermandad jerarquizada  también en lo profesional, y aunque el respeto por antigüedad exista por siempre, el cercano domingo 30 de octubre 2022, El Mayor cederá blasón y testigo porque será el punto final a su vida activa como profesional del toreo.


Todos estos años han sido  un quedarme en el puente a verle pasar, como le cantaría Chabuca, verlo crecer  como persona y como torero y en ese afán verlo vivir, transcurrir y apostar por su ilusión de niño  y de jovencito echando de  aguante para construirse como profesional en otro ruedo,  dar su apoyo familiar en tiempo difíciles… y torear,  y torear, con su cuadrilla de siempre muchas corridas al año, con todo lo que ello implica de riesgo, más que en ningún lado aquí en nuestro país,  y así  instalarse  en el cariño de nuestra  gente, y aunque parezca que  ese espacio y tiempo de su historia de cara a su público se detendrá el próximo 30 de octubre en nuestra querida Plaza de Toros del Acho, seguirá siendo “El Mayor” de los Roca Rey,  al que su gente le dice “Fernando”, el que empezó a dar lustre a una dinastía que hoy alcanza la cumbre mundial. 

Acho 2005, un domingo 30 de octubre tomó la alternativa de blanco y oro.  Acho 2006 tuvo su gran tarde de puerta grande, de rosa y oro, alternando con El Fandi (también en banderillas) y Talavante, llevándose el trofeo de “la corrida de la prensa”.  Acho 2022, se alejará de las luces también un 30 de octubre.  Y será nuestro   hermoso tiesto de arena que albergó sus ilusiones el que le  abrirá  sus antiguos encajes de fragua en las puertas del  Sol y de la Sombra para que vuelva,  después del  paso triunfal en el  2017,  y a su vez permitirnos volver a  la plaza de toros con más solera que  pueda existir y  arroparlo con palmas y  olés sentidos que lo llenen de recuerdos.

No.  No  es “el otro Roca Rey” el que se va, como alguna crónica fuereña lo definió en un titular, se va Fernando “El Mayor”, en el sentido familiar y profesional que usted tenga a bien dar a la palabra. 

Por ello escribí  estas líneas  hace varias  semanas para que vieran la luz  en las vísperas de tu  adiós,  para agradecer tu entrega y dedicación a la profesión que dignificaste a cada paso ganando tu propio lugar en la historia,  y porque en el   corazón del buen aficionado, siempre serás el cercano Fernando, con un  corazón de león,  y de ahí no te irás jamás.