domingo, 29 de agosto de 2021

La Esperanza cumplió y reabrió Lima a la tradición taurina




La Esperanza cumplió y reabrió Lima a la tradición taurina


Largos meses y larga espera para que en la capital limeña se abriera oficialmente la actividad taurina, de manera formal y de ley,  con entradas en taquilla y cumpliendo las condiciones de distanciamiento y seguridad sanitaria que la pandemia exige y que detuvo el toreo a partir de marzo 2020, sin que se pudieran celebrar corridas de toros que son la esencia de las fiestas patronales a lo largo y ancho de nuestra piel de toro blanquirroja.  


En condiciones adversas por una malsana política anti instalada que aprovecha la falta de categorización de la actividad en el ministerio del sector cultura, esta vez y después de dos espuelazos, el empresario taurino Tito Fernández insistió, perseveró y consiguió el permiso municipal sujeto a la norma del gobierno que permite actividades sin restricciones de aforo en espacios abiertos y al aire libre. Aún así y siendo precavido, no se puso en venta sino un porcentaje del aforo para concordar con las precauciones que se deben seguir en pandemia.  


Y fue así que esta vez, ya dicen que a la tercera va la vencida, se dió la  tan ansiada reapertura OFICIAL de la actividad taurina en el marco de un festival taurino de postín con la presencia de matadores de toros y novilleros peruanos.  


Este sábado 28 de agosto del 2021 lo contaremos como protagonistas de nuestra historia taurina que arrancó con la llegada de Pizarro y apenas se detuvo el 2020 en parte y aunque Acho no lo quiera abrir la autoridad edil y su propietaria la Beneficencia hasta quien sabe Dios cuándo,  tenemos La Esperanza y algunas otras plazas más en el Sur capitalino que seguirán esta hoja de ruta.  Y porqué no también en el resto del país. 


Indulto y seis orejas

Ayer se lidiaron cinco novillos de Paiján, que ofrecieron buen juego y espectáculo; no decae el buen nivel de la ganadería de Casa Vásquez… el primero indultado, se llamó 'riguroso' 190, y su torero no pudo recibir los trofeos simbólicos por obvia razón pero la impronta de oficio, saber y entrega las plasmó con las telas. Vive un estado de gracia taurina Claudio Ronge, sin duda. 


Seis trofeos se repartieron: Fernando Roca Rey que desplegó su habitual carisma, variedad y alegria para templar y poner banderillas. Sustentó su labor con la zocata, el buen lado del novillo. Feo percance sufrió al entrar con la espada, un golpe contra la arena le descolocó el hombro. Pero el doctor en medicina a más de en tauromaquia, Alfonso de Lima, resolvió también esa papeleta y devolvió el hombro a su lugar. 

En su turno, con el más complicado estuvo firme y poderoso  en los derechazos. Emotivo brindis al empresario por el empeño y esfuerzo en devolver los toros a Lima.  También el novillero Samuel Calderón brilló y gustó. Asentado y enterado ya está para próxima alternativa. A pesar del golpe recibido al primer derrote en burladero, no se amilanó y cuajó importante faena. Merece oportunidades.  Quien se fue de vacío por hacerle guardia la espada fue el novillero Nicolás Vásquez pero se lució con el capote y toreó con temple y largura por bajo, especialmente por naturales.  


No huelga, es menester,  reseñar que entrar otra vez al coso con esa adrenalina que produce saber que vas a vivir una tarde de toros no tiene igual, se dejaba extrañar porque da la vida. Los aficionados y profesionales alegres compartimos una tarde histórica que ni el Sol, por meses muy oculto tras la niebla aplacó el frío húmedo de Lima para disfrutar como nosotros.  


Viva nuestra fiesta. Viva nuestra tradición. No te pierdas la corrida que se viene el domingo 5. Que esto continuará… a Dios gracias 


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