lunes, 30 de septiembre de 2019

Sánchez Vara a hombros en el segundo mano a mano en Santa Cruz


El vasco Iván Abásolo se presentó en el país y en America y fue con oreja tras una labor que caló por su ligazón en un palmo y en los medios. Antes dejó el mejor toreo a por verónicas. Cierto es que tuvo el mejor del encierro, astado noble, fijo, repetidor y con clase que se rebosaba en la muleta. Templó quieto con las dos manos pero más largos y buenos fueron los naturales. Pinchó y dejó el premio en una oreja. Otra perdió del cierra plaza, el que menos se entregó en la muleta, le exigió mas esfuerzo, cruzarse, tocar con firmeza para ligar. Lamentablemente lo atravesó con la espada y se eternizó con la cruceta.Javier Sánchez Vara resultó el triunfador de puerta grande del segundo mano a mano que se cumplió en la segunda de feria en Santa Cruz, Cajamarca. Cortó dos en su primero y una en el segundo de su lote. Iván Abásolo cortó una de su primero y la espada atravesada lo privó de la puerta grande. El joven encierro de Paiján con astados de La Viña y El Olivar tuvo nobleza aunque poca fuerza, señalados salvo el primero, destacando el segundo, con gran clase al embestir por abajo que mereció dar la vuelta al ruedo.

Sánchez Vara tuvo en su primero un astado noble al que dosificó con temple jugando con las alturas de la muleta. Iba así midiéndole las fuerzas para bajar la mano o vaciar por arriba la embestida. Así construyó faena que gustó por los adornos en la composición. Mató de una y el palco concedió las dos. Otra paseó del tercero que fue noble pero tardo en tomar los engaños. Destacó en ambos con los palos, especialmente en los del violín y la suerte de la silla.