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De Madrid a
Chota, la feria más brava que nunca
Por Magaly
Zapata
Valiente,
atrevido, osado, exigente, magnifico, arrojado, corajudo son adjetivos que bien
pueden atribuirse al pueblo chotano. Su feria 2025 “Más brava que nunca” ha buscado emparejar taurinamente calidad y
precio en honor a San Juan Bautista, gestionada desde el liderazgo de su
alcalde con la empresa Producciones La Esperanza.
Históricamente compiten por la supremacía en el
calendario taurino con Cutervo, una trabajó siempre la internacionalización en
3 tardes, la otra, ser vitrina de lo nacional en sus 7 tardes, novilladas
incluidas. Chota abrió fronteras y a
mitad del siglo pasado se instaló en lugar preponderante por los toreros que
anunciaba.
El parte aguas fue 2004, cuando
se presentó Vicente Barrera en sazón de figura con el correlato del incremento
en las entradas. Antes de eso, el empeño era anunciar españoles, por chaché los
“modestos” del escalafón. Ejercer la corresponsalía obligaba ir y contarlo al
mundo. Corría Chota 2000 y empezamos a descubrir el Perú profundo y
taurino.
Sus llenos de bandera, más de
10 mil personas cada tarde de vibrante festejo de sol, sangre y arena como dicen.
Después de, escaló la ambición entre asesores, tener lo que la tiranía televisiva
internacional imponía y no el saber del taurino, dejando de lado el bolsillo
del pueblo. Obliga decir que, en uno y otro caso, la presencia del peruano en
sus carteles no les era perentorio. De
ahí que Roca Rey Andrés se presentó recién el 2016 en El Vizcaíno, en sazón de
mandón y primera figura mundial, ni de becerrista ni de novillero.
A partir de
ahí escaló más, carteles y precios, cimentándose en primeras figuras. La
experiencia del antes y el después, me deja percibir que en el transcurso se
ganó imagen y se perdió esencia. Dejamos de ver la estampa popular y
poder ver y analizar en tertulias nombres que podían llegar a ser. Imperecedera
imagen en mi memoria ver a los campesinos bajar de camiones, familias enteras,
largas colas abarrotando la Plaza del Toro, abonos en mano, fervor, colorido y
pasión por ver sus corridas en su fiesta patronal, Acho no se llenaba y ver
esos tendidos hasta las banderas era un regocijo para mi alma de aficionada. Por
eso es importante, como sucedió en Acho 2024, sea Chota 2025 la que vea
reducido hasta en 60% el precio de sus entradas para devolverle su feria al
pueblo.
No es demagogia. Es respetar la tradición y pasión de quien la preservó
por años. Y más importante que sea bajo
el paraguas de las figuras más importantes del momento en España y en su paso
por Madrid hace poco. Sebastián Castella vuelve en su mejor momento, 25 de
carrera con 4 Escapularios de Oro limeños, 2023 y 2024 conquistados en el feudo
de Roca Rey. Fernando Adrián con la
vitola de pocos, “el rey de las puertas grandes”, 3 en Madrid consecutivas, la
espada hace unos días le quitó la 4ª pero más de 30 en su haber en los últimos
dos años y la calidad y suavidad de su temple torero. Borja Jiménez regresa en
sazón de figura, con su sello de coraje, maestría y valor. Entre los
rehileteros, ídolos en El Vizcaíno: El
Fandi y Colombo, portentosos y espectaculares que tendrán el acicate del nuevo
Ismael Martín. Los consagrados nacionales Juan Carlos Cubas y Alfonso de Lima, oficio
y entrega que compartirán localía con Luis López, gallo de tapada nacional en
la corrida de tres toreros banderilleros.
Tres hierros peruanos: San Pedro, San
Simón y San José del Monte, con procedencia de pura sangre española, son el
material propicio para el triunfo. Chota
2025 no solo mantiene viva su tradición taurina: la eleva al pueblo como decía
Chabuca.
Una plaza que impone, una afición que vibra y carteles de plaza de 1ª.,
con especial promoción para niños y jóvenes, reafirman su lugar de honor en el
calendario nacional, en la cima de la temporada.