*RUBEN DARIO VILLAFRAZ*
Fernando Adrián con raza y entrega sale a hombros en el cierre de feria
*RUBEN DARIO VILLAFRAZ*
@rubenvillafraz
Poco de resaltar en el recibo de capa de parte del gaditano David Galván ante el abreplaza, dado lo abanto de su comportamiento de salida, «Bergantín» Nº 6 de 460 kilos, cárdeno entrepelado, que mantuvo en los tercios posteriores mansurrona actitud frente a los engaños. Tras brindar a los presentes, Galván por doblones inició labor, protestando el animal en los primeros compases. Parado y sin emociones se sucedieron las series por ambas manos, encontrándose aseado y cumplidor el torero. Abrevió, para tras estocada atravesada que hizo guardia, necesitar de dos golpes con el descabello, para ser silenciado tras aviso.
El cuarto de la función, «Trepador» Nº 76 de 435 kilos, poco se le vería en el percal, cárdeno claro, muy cuidado en varas, pero aún asi no valdría, pues lo limitadas de las fuerzas del astado le imposibilitó emoción alguna de cara al tendido. Técnico y limpio Galván se justificó. Fue silenciado. Visto el balance de su tarde, regalaría el primero de los sobreros que dispuso la empresa limpiar corrales, «Bullidor» Nº 122 de 425 kilos del hierro de Santa Barbara, jabonero claro, el cual toreó con limpieza con el percal. Lo medido del castigo en varas hizo que el toro desarrollara genio posteriormente, lo que cató desde el primer muletazo Galván con una pasmosa colada por el pitón izquierdo cuando le toreaba por alto. Por naturales se sentiría a gusto el torero gaditano, ahondando en su interpretación, siendo los mejores momentos de su labor, que tomaría ribetes aislados embarullados por el derecho, donde se dejaría ver más heterodoxo a lo que acostumbra. Al segundo viaje con el acero mandó a las mulillas la res, para ser premiado con una orejilla de saldo.
Tras su paso en enero pasado por San Cristobal, de nuevo veíamos por esta tierra al madrileño Fernando Adrián, lidiando al negro mulato, «Auroreño» Nº 2 de 430 kilos, por verónicas relajadas, ganando terreno hacía los medios, rematando con media en el centro del redondel. Impertérrito en los medios por la espalda pasó al animal, iniciando labor muleteril de forma explosiva de cara al público, para en redondo lucir más de lo esperado la embestida pastueña del animal, en especial por la mano derecha. Mejor se le vio por naturales, llevando largo y templadito al noble ejemplar, incluso perdiéndole el respeto, a tal punto de llevarse una fortísima y peligrosa por la forma en caer voltereta, que trastocó las dolencias que viene arrastrando a comienzos de semana en Alcalá de Henares. Cerró por ceñidas bernadinas, para irse tras el acero, al segundo viaje, para cortar una oreja tras aviso, pasando a la enfermería, donde correría turno tras resentirse del palizón señalado dias atrás.
Con el que iba ser el cierraplaza, «Garboso» Nº 12 de 493 kilos, Adrián hizo la machada de salir al ruedo tras recuperarse del palizón en su toro anterior, toreando en especial por naturales con reconocido merito, justificándose ante un toro de limitado recorrido el cual llevaría alargándole el viaje. Se le notaba las limitaciones físicas de toreo, lo que hizo que tuviera por momentos apuros frente al astado. Le despenó con el acero de manera solvente, doblando el animal de forma casi ipso facto, para cortar las dos orejas, la segunda generosa por demás e innecesaria para el torero madrileño.
Luego de un paréntesis de varios meses sin actuar en ruedos de relevancia incluso pensando en el retiro, ante «Marañón» Nº 58 de 440 kilos se las vio el coleta valenciano José Antonio Valencia, negro muleto, comodito de pitones en exceso, el cual pasó sin eco con el percal al astado. En la muleta, José Antonio hizo el esfuerzo de lucirse ante un toro que requería su lidia, propio de la edad y exigencia del encaste, pero poco o nada llegaría su mensaje al tendido, desangelado y sin trascendencia a lo hecho por el menudo torero de la dinastía Valencia. Visto lo visto, no le quedaría a José Antonio que abreviar armando un sainete con el acero fruto de su inactividad, no justificándose su inclusión cuando hay otros toreros venezolanos en mejor momento, siendo silenciado tras dos avisos.
Tras correrse el turno, «Cantaclaro» Nº 91 de 450 kilos que cerraba feria, saltaría en quinto lugar, el más seriecito del lote, donde José Antonio Valencia le saludó de capa displicentemente. De rodillas inicio faena, intentando emocionar el cotarro, toreando de forma eléctrica, con pases por ambos pitones más a la galería que otra cosa. Un pinchazo antes de dejar un espadazo desprendido para premiársele con una generosa y mentirosa oreja, el cual tiene como responsable al Usía de plaza.
Y para rematar su tarde, le regalarían un segundo sobrero, saltando a la arena «Cachetón» Nº 237 con 433 kilos de El Prado, astado que no del todo facilitó las cosas al poco rodado espada carabobeño. Le paso por ambas manos con su repertorio tremendista, de ligereza de pies, que prolongaría innecesariamente la función que iba casi de las cuatro horas. Al segundo viaje dejaría un bajonazo, aliviándose del trance, para de esta manera recibir tibias palmas en lo que ha sido este dilatado y de escaso contenido, festejo de cierre ferial tovareño.
Culminaba asi una edición ferial donde queda en evidencia que el destino de la Feria de Tovar no es el más saludable en las formas y maneras como se la está planteando la familia Santana. Por encima del dinero y opulencias de su principal responsable, de la larga corte de “palmeros de oficio” que hace gala Johan, la realidad es que vive una mentira bajo el amparo de muchos que no tienen ni puñetera idea lo que es el sentir del aficionado taurino tovareño. Allá cada quien con su lio y su billetera, y hasta cuando le dure el capricho…
*FICHA DEL FESTEJO*
Plaza de Toros Coliseo El Llano. Domingo 7 de septiembre. III corrida de la 182ª Feria en honor a la Virgen de Regla.
Poco menos de un tercio de plaza (aproximadamente 1700 personas dispersos), en tarde entoldada, fría y ligeramente ventosa.
Toros de la ganadería *Los Aránguez* (Jesús Riera) correctos de presentación, con el denominador común del escaso fondo de bravura en el último tercio. de regalo se lidiados dos astados, de *Santa Barbara* (7º) espero y a menos; y *El Prado* (8º), descastado.
Pesos: 460, 430, 440, 435, 450, 493, 425 y 433 kilos.
*David Galván* (gris perla y azabache), silencio tras aviso, silencio y oreja en el de regalo.
*Fernando Adrián* (turquesa y oro), oreja tras aviso y dos orejas.
*José Antonio Valencia* (rosa y plata), silencio tras dos avisos, oreja y leves palmas en el de regalo.
*Incidencias*: El matador Fernando Adrián sería revisado en la enfermería de la plaza, corriendo turno, para salir a estoquear al que cerró plaza. *** Muy censurable el que las cuadrillas en el tercio de banderillas, si acaso, cumplirían dos pares de banderillas en tercios de mero trámite. *** Petardo que se haya anunciado el traslado del torero Fernando Adrián a un centro médico local por la megafonía por parte de las autoridades de plaza, cuando en ningún momento había salido de la plaza.