Pocas veces doy credibilidad o emoción a lo que leo. Ejercer el oficio responde así cuando analizas pero encuentro esto hoy y no puedo estar más de acuerdo.
Al lado de un torero siempre está el apoderado, el que hace llano el camino con empeño y esfuerzo, pero sobretodo con tremenda ilusión por creer en lo que tiene, y trabaja para que sus sueños se cumplan. La contraparte es que el protagonista de cada tarde cumpla con su entrega. Eso sucede en este tándem.
En días en que existen casas de todo que apoderan (o conglomerados taurinos) este caso muestra que existen los que se atreven a transitar el camino por libre, con convicción y pasión por lo que hacen. Y esos tienen aún más mérito.
Para transitar esa vía buscando la dignidad sustentada en valores hay que tener arrestos. Este es el caso. Esa nueva generación de apoderados ya está aquí. De los que creen en un novillero y consiguen sacarlo del anonimato y llevarlo lo más lejos que se pueda.
Había escrito sobre este caso particular, que no es fácil llegar a la confirmación tan pronto y ante la cátedra, eso es sí y solo si el torero tiene los fundamentos y credibilidad ante la cátedra y la apoderada (en este caso vale destacar el género) el manejo sin entrar en las cloacas del sistema para conseguirlo porque además confía y cree. Lidia R Bermejo sigue la estela que dejaron los de antaño, los del apretón de manos y la ilusión por montera.
La moneda la tienen… que Dios reparta suerte @miguelandradess en el día de la confirmación y todo lo bueno que llegará sin duda.
Enviado desde mi iPhone