jueves, 3 de agosto de 2023

CELENDIN. ALFONSO DE LIMA TRIUNFADOR ABSOLUTO

CELENDIN. ALFONSO DE LIMA ABROCHA LA FERIA COMO TRIUNFADOR ABSOLUTO. 6 orejas 6 lo avalan.
Por Magaly Zapata
Así como lo lees. Y no es casualidad ver salir al diestro Alfonso de Lima de un coso en volandas. Lo vi salir a hombros en Chota, después en Cutervo y hoy, 3 de agosto 2023 en Celendín, dos de tres tardes. Seis orejas en total. Y sume usted que se llevó el trofeo al triunfador, el sombrero y el escapulario de oro pero sobretodo y más importante, el cariño de los shilicos que lo arroparon en cada tarde, en cada faena.

Pero el asunto va más allá de ver o no, de ser o estar. El asunto es sentir nosotros cuando el torero se siente, se entrega y es cuando trasciende, lo que él siente y lo que hace. Y eso fue lo que sucedió en esta tarde que abrochó la feria shilica.

Cuando vamos a los toros y calienta el sol, amigo mío, nos ilusiona vivir otra tarde de emoción en la que nuestros pensamientos entren en conmoción. Y así fue hoy. Emoción a flor de piel ante el peligro 'in sordina' para muchos. Porque hoy esos dos se la jugaron de verdad a cada instante.

Y la baraja, en duelo vis a vis, era eso. Riña de gallos de pelea les espeté a los actuantes, Paco Ramos y Alfonso de Lima en la puerta de cuadrillas, por mi nariz más galló soy, dijo el limeño, y los dos sonrientes se prestaron a la chanza. Pero estoy segura que entre dientes mascullaban el deseo de triunfar, tanto como yo de ser testigo de una tarde importante a menos que el rey de la fiesta quisiera.

Si querer es ir poniendo pegas pues quisieron mucho más de lo que nosotros deseábamos y es que el encierro de cuatro toros de Campo Bravo, aunque estuvieron en adecuada presentación por hechuras, edad, peso y trapío no tuvieron correlato con su contenido, correoso, complicado, reticente y resistiéndose a embestir y hasta desarrollando sentido al percibir el deseo de triunfo imponiéndose, que se sustenta en poderío y mando en muleta. Y es que cuando un torero manda ante la dureza de una embestida, el que se siente podido puede que se entregue y si no, se mueve agazapado, disimulando sus verdaderas intenciones, atacar, hacer carne en sus pitones. Lo que manda en su especie primigenia.

Se me antoja evadir el lugar común de apuntar aquello de 'se llevó el peor lote' y es que ambos lotes tenían lo suyo y casi parejo. Mucho que torear, con mucha exigencia por medio y como dicen por allí, de los que piden el carnet, el de 'matador de toros' se entiende…

Y así como dije evadir, digo ahora que tampoco fue la suerte, en tanto circunstancia que supuestamente podría determinar un hecho, no fue tal. Porque si bien inicialmente, al salir el 'cierraferia' creí que era el toro de la feria por cómo se movió tras los vuelos del capote en un quite, conforme avanzaba la lidia y la faena, empezó a comportarse como los anteriores y desarrollar un sentido que nos empujaba a sentir extraño, a ver que la jugada era sin trampas ni cartón.

Así salió Alfonso en el último, sin probaturas, sin saber cómo embestía por uno u otro pitón, se puso quieto y decidido a torear de capote, a echar la tela por delante y recibir al bonito negro por lances a pies juntos y verónicas sin enmendar terrenos, o lo justo, para coser una lance tras otro. El toro apretaba, se le ceñía y el impávido a enjaretarle lances. Intuí que ese gallo soltaba trabas y había salido a darlo todo…

Y es que Paco Ramos ya tenía una oreja de su primero porque le anduvo firme y templando sus inciertas embestidas domeñando; y con su segundo debió administrarle sus fuerzas y sujetarlo en su muleta a media altura para ir construyendo un trasteo aseado por templado pero que no tuvo calado en los palcos y no sumó en su cuenta personal.

Asi llegamos al de cierre y Alfonso estaba a cero en su cuenta personal y estoy segura que molesto consigo mismo porque el esfuerzo de imponerse a su primero con exposición y la clave del temple en su muleta para construir faena y triunfo se desvaneció en su espada, intentó matar recibiendo y pinchó y otro más y aunque en la tercera se entregó tanto que casi lo prende de nada le sirvió. No hubo petición. Una vuelta al ruedo se antoja un consuelo de tontos.

Darlo todo fue el quid, el busilis de la lidia, la esencia era asomarse al peligro a cada instante, en cada muletazo. Alfonso lo sabía y entró en el juego del toma y daca con el toro aunque no lo aparentara porque le anduvo por la cara suelto, fluido, con destreza, sutil y firme a la vez, con templanza en sus manos para no dejarse topar el engaño y así ir cincelando su obra en el ébano.

La cadencia iba por derecha porque cuando intentó con la zurda, y aunque algún natural profundo le robara al pegárselo de uno en uno porque el toro estaba más con él que con el trapo, al noveno desgajado llegó el zarpazo. El pitón izquierdo buscó su entrepierna en el pie de apoyo y lo levantó por los aires, cayó sobre el cuello. Dramático. Pero pudo ser terrible. Algo mareado recibió agua en la cabeza y volvió a enfrentar a sus demonios. Y a pegarle un par de tandas para sacudirse de todo mal, dándole el pecho con vergüenza torera.

La letra lo dice, hay que vivir venciendo. Y ese gallazo fiero venció porque despachó al barrabás de un estoconazo en el hoyo para que se fuera con la dignidad que debe morir un toro de lidia. En corto, por derecho y a la primera. Estruendosa ovación y gritos de emoción cuando el palco accedió al doble trofeo que catapultó al triunfo absoluto de Alfonso de Lima, orgullo de su casta y de aquel que lo criara.

Y así, con la dignidad de Paco Ramos abandonando a pie el coso del barrio Sevilla mientras Alfonso recibía los trofeos de la feria y salía aupado y abrazado por nuestra bandera rojiblanca, casi rozando el cielo azul del edén seguido por decenas de fervientes creyentes de la tradición salió y echó cerrojo triunfal al serial 2023 Olé Celendín.

Y así bajé yo del chaque, el primer piso de los palcos de palos que fue el puesto de transmisión de Celendín Noticias, encantada por la energía que desprende esta plaza incomparable y del encanto de su gente, agradecida con Eler Alcántara, con Dios, la Virgen del Carmen a quien es dedicada cada feria y la vida por permitirme vivir esta experiencia y haber sido capaz, bien o mal, de contarla al mundo.

LOS TRIUNFADORES
Triunfador de la feria, Alfonso de Lima
Mejor ganadería, San Pedro
Mejor faena, Joaquín Caro
Mejor banderillero, Armando Rojas 'Manco'
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