Tras una faena a base de sobar y consentir a un toro manso, Andrés Roca Rey corta una oreja de peso en su segunda tarde de San Isidro 2017.
Una vez más el coso madrileño lució los tendidos llenos colgando el letrero en las afueras de "No hay billetes" que presagiaba una tarde llena de ilusiones.
A pesar que las condiciones del astado no eran las propias para un triunfo grande, el gallo peruano saco su casta que le caracteriza para sobreponerse al manso de nombre "Beato" que pesaba más de 600 kilos.
Así, el diestro tuvo que salir a por el triunfo en su segunda y última tarde del serial Isidril 2017, de nueva cuenta no sorteó lo mejor de los lotes pero no quedó en el matador, siempre buscando la manera de entender y sobrellevar los astados para el lucimiento.
En su primero tras un primer tercio de espanto pues el toro no paraba de caminar por el inmenso ruedo de Las Ventas, ya con la muleta y después de brindar la muerte al Rey emérito Don Juan Carlos, entendió lo que el toro necesitaba para encelarlo y meterlo en la muleta, cuajo sentidas tandas por ambas pitones, matando de entera en buen sitio para cortar una oreja de mucho peso pedida por unanimidad y concedida por el presidente.
En su segundo, un toro deslucido, en el cual Andrés estuvo voluntarioso pero sin calar en los tendidos, tras la muerte del sexto se retiró en silencio a las barreras. Las opciones fueron pocas pero el peruano salió airoso del compromiso madrileño.
FICHA: Plaza de toros de Las Ventas. Vigésima de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. No hay billetes.
Seis toros de Victoriano del Río, justos de presencia y desiguales de tipo y hechura. Desordenado y bravucón el rajado primero; mansito repetidor sin clase el segundo; manso de carretas humillado y con clase el tercero; de gran clase y profundidad y raza justa el mansito cuarto; de extraordinaria fijeza y celo por el pitón derecho el buen quinto, ovacionado; áspero y con disparo el protestón sexto.
Miguel Ángel Perera, silencio y oreja.
Alberto López Simón, ovación y leves pitos.
Andrés Roca Rey, oreja y silencio.
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