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Un gesto con la afición de Lima tuvo Juan Carlos Cubas al abrir temporada capitalina ante cuatro astados en solitario. Primra en su carrera y a los diez años de alternativa. Apuesta que se saldó con la salida a hombros, con bemoles. Mis respetos y como pocos, yo también me puse de pie para aplaudirlo al inicio.
Detalles taurinos que se pierden como la presencia de aficionados de Acho, ví muy pocos. Y después nos quejamos…. En lo taurino mostró su oficio, con concpetos y técnica.
Si acaso tardó en ver al primero su buen pitón izquierdo y se entretuvo por derechazos dejando ir los 20 pases del burel. Del resto, en lo que tocaba. Error señalar en varas al 4º, le pasó factura. Los de en medio, 2º y 3º, fueron las cartas de triunfo.
Aquel colorado tuvo un dulce pitón izquierdo para emborracharse de toreo, con clase y nobleza, no lo exprimió. El otro, basto de hechuras, quiso embestir por abajo cuando el torero se lo planteó, inlcuso meciendo en avión el pitón derecho. Era su mejor faena y la malogró con el acero. Tenía la oreja del 2º y visto que se iba la tarde salió a revienta calderas en el 4º pero le faltó aire.
Actitud que debió tener en todos para montarse sobre su tarde. Lo hizo siempre al inicio con el capote regalandonos saludos variados lanceando, veroniqueando con sabor, o de rodillas pero faltó algo en muleta. Rotundidad. Esa que nos mostró cuando novillero en Acho.
Oreja en el 2º y otra regalada in extremis para auparse a la foto. No lo entiendo. Su tauromaquia no lo necesita. Así el gesto parece un guiño.