16 de mayo en Madrid. Dia de shopping y tapeo y por la tarde rejones en Las Ventas.
No me entusiasmaban demasiado pero fui. Y me alegro.
Sin drama ni viento fue vibrante y emocionante. Vivir la plaza con otro público, apenas enterándose del minuto de silenci. Gloria a José Gónez Ortega. Emotivo. Tanto como vibrar con el toreo y lidia a caballo de Diego Ventura. Poco es decir que sensacional.
Fue espectacular y rotunda. Categórica. Contundente. Poderosa. No sólo fue torero, fue lidiador.Embebió, enceló, templó, entregó, exprimió bondades y tapó defectos. Soberbio. Pena, pecado que fallara con el rejón final en su primero. Perdió ahi la puerta grande.
Sin la misma espectacularidad, en el otro aplicó técnica y arrojo exponiendo para alcanzar la cumbre y tras espadazo lo que partió al de Capea lo logró. Galán, puerta grande en tono menor. Efectista sin profundidad. Oreja justa la primera para mi y muchos que le protestaron la segunda, no era de mérito.
Hernández, esforzado y técnico pone en escena recursos falto de naturalidad. La peluda del último para mi exagerada. Los toros de C. Lorenzo, mansitos y rajados, destacó el buen y noble segundo. Otra experiencia vivir Madrid en rejones. Dudé en ir. Valió.
Ah, un apunte: Cómo es posible que un toro de Murube tenga estructura ósea para 618 kilos, no lo entiendo.
Y así de intenso acabó el día muy avanzada la madrugá. Cena en la terraza del Ritz y musiquilla en Almonte de calle Juan Bravo...
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