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La empresa Citotusa avanza a paso firme los trámites para la importación de ganado español para la Feria del Señor de los Milagros del 2015.
Estos trámites se vienen realizando tanto en Lima como en España, entre autoridades sanitarias de ambos países, incluso al más alto nivel ministerial español.
El ganadero español y asesor de
Citotusa, don Sancho Dávila, señala que conjuntamente con el empresario Dr. Juan Fernando Salazar se han reunido con el director general de sanidad, Valentín Almansa, así como con el subdirector de acuerdos sanitarios, Emilio Martín. Además, con el propósito de solucionar algunos problemas de interpretación llegaron a sostener reuniones con el Secretario General del Ministerio Español.
Asimismo Senasa envió dos veterinarios a España los que fueron recibidos por el propio ganadero, con una intensa semana de trabajo y reuniones con los técnicos de Sanidad de tres Autonomías, tres oficinas agrarias, mataderos españoles y el laboratorio del Ministerio Español, así cómo con las Asociaciones de Ganaderos de Lidia.
Además visitaron las ganaderías de Victoriano del Río, J. Ignacio Pérez Tabernero (Montalvo) y Sancho Dávila, con la asistencia de sus veterinarios, ganaderías que pertenecen a las tres Autonomías Españolas, que eligió Senasa Peru.
A la fecha, está pendiente que Senasa Perú acepte un acuerdo sanitario con España para que la exportación de toros de lidia de España a Perú sea viable, sanitaria y económicamente.
domingo, 31 de mayo de 2015
sábado, 30 de mayo de 2015
Talavante Talavante
Bendita locura talavantista. Torear encajado de rodillas como encajarse de pie. La fotografía me tiene perplejo, más allá del impacto de la plaza. La miro y no la creo.
Zabala de la Serna en
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/lahoradelaverdad/2015/05/30/talavante-y-su-bendita-locura.html
Zabala de la Serna en
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/lahoradelaverdad/2015/05/30/talavante-y-su-bendita-locura.html
viernes, 29 de mayo de 2015
Fallece el taurino José Villanueva en Chiclayo
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Don José Villanueva Díaz,
taurino y cronista, promotor de la fiesta en el norte del país, falleció ayer
en la ciudad de Chiclayo (Lambayeque). El Dr. Villanueva era el comentarista de las corridas que se transmitían por la señal de América Tv en Chota.
Su velatorio se viene
llevando a cabo en la Parroquia La Consolación de Santa Victoria (Chiclayo).
El entierro será hoy viernes
29 en el Cementerio El Carmen de Chiclayo.
jueves, 28 de mayo de 2015
Galdós reaparecerá en Francia, desde hoy retomó prácticas
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Se voceaba una sustitución (por Marín) en Córdoba, pero no será. Tras Madrid, Cutiño -de la Fit- se definió por fin por cerrar su apoderamiento pero seguirá con Gómez Escorial del brazo.
REAPARECERÁ EN FRANCIA
Conversamos con el novillero peruano
Joaquín Galdós y nos contó que hoy empezó a coger los trastos de torear tras el fuerte percance
que sufrió en el novillo de su presentación en la plaza de toros de Las Ventas
de Madrid, el lunes 25 de mayo.
“Me encuentro muy bien,
muy animado, por ahora sólo cogiendo los trastos, no he forzado nada aún, el
esfuerzo lo haré en el campo porque este domingo y lunes tengo un par de cosas antes de volver a
vestirme de luces”.
Galdós estuvo 72 horas en
observación tras la conmoción cerebral sufrida, “me dieron unas pastillas pero
no tengo que volver para ningún chequeo”.
Su paso por Las Ventas,
aunque muy breve, demostró lo que trae dentro y lo que puede ser en el
futuro. Tanto que el empresario y
apoderado José Cutiño, integrante de la FIT, definió su apoderamiento, al tiempo que la plaza de
toros de Madrid le ofreció volver para una novillada el 14 de junio.
Antes, Galdós tendrá otras importantes citas. En Boujon (Francia) el 6 de junio, con novillos de Pablo Romero, y en la Real
Maestranza de Sevilla el domingo 7 de junio, ante novillos de Guadaira.
martes, 26 de mayo de 2015
Galdós en su Twitter
Joaquin Galdós (@JGaldosM) | |
No fue así como soñé mi presentación en Madrid, pero seguiré luchando hasta hacerlo realidad. Muchas gracias por sus mensajes de apoyo |
Su apoderado me comenta que ha pasado la noche con algunas molestias pero ya se ha levantado. Los estudios realizados desde anoche salen normales. Seguirá en observacion hasta cumplir 48 horas de su ingreso.
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lunes, 25 de mayo de 2015
Ad portas la respuesta de Senasa sobre importación de ganado español
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Desde Madrid, saliendo por el patio de arrastre, tras el percance de Galdós en la 17a de abono de la Feria de San Isidro, me encuentro con el ganadero español y asesor taurino de la empresa Citotusa, don Sancho Dávila, a quien pido rápidamente alguna novedad sobre la feria de Lima.
Con prisa y sin ánimo de ahondar en novedades, le insisto, especialmente por el trámite de autorización para la importación de ganado español para Acho, iniciado a fines del año pasado ante Senasa. Con prisa, repito, y sin ánimo de dar mucho, me dice que "para sí o para no, la respuesta se tendrá pronto". Sólo eso le pude sonsacar. A seguir esperando.
Desde Madrid, saliendo por el patio de arrastre, tras el percance de Galdós en la 17a de abono de la Feria de San Isidro, me encuentro con el ganadero español y asesor taurino de la empresa Citotusa, don Sancho Dávila, a quien pido rápidamente alguna novedad sobre la feria de Lima.
Con prisa y sin ánimo de ahondar en novedades, le insisto, especialmente por el trámite de autorización para la importación de ganado español para Acho, iniciado a fines del año pasado ante Senasa. Con prisa, repito, y sin ánimo de dar mucho, me dice que "para sí o para no, la respuesta se tendrá pronto". Sólo eso le pude sonsacar. A seguir esperando.
Bitácora Madrid 2015, día 12: Tragedia
Madrid, 25 de mayo. Nada nos podía hacer presagiar que el día terminaría en tragedia. Nada nos podía hacer pensar que las ilusiones de un torero por torear en la plaza más importante del mundo y triunfar, terminaria en tragedia. Uno propone, llega el toro y lo descompone, lugar común.
Así fue la presentación torcida de Galdós en Las Ventas y en Feria de San Isidro. Desde el reconocimiento veterinario dos días antes, que no dejaba pase al encierro elegido por reata por el ganadero de El Montecillo, por quitame estas pajas, toro –o novillo- afuera. Casi todo el campo llegó a los corrales para el reconocimiento. Así, digo yo, cómo se puede tener una novillada en condiciones, de trapio –no exagerado o fuera de tipo- y de lidia, elegida según los libros por conocimiento de su propietario.
Condicionantes que para nada tendrían que ser justificantes, aunque sí atenuantes, porque el toro
tiene en su guión la posibilidad de pegar el derrote, la cornada, coger, tanto como la de embestir ante el mando y poder de su oponente, o no querer pelea.
Había pasado un muy buen momento con mi hija y mi sobrina en el Pelotari degustando un exquisito chuletón de a kilo, carne de buey viejo y curada por 18 meses, cocida vuelta y vuelta a la parrilla y sal gruesa. Platillo que hace años tenía en mente repetir desde que lo conocí en San Sebastián, en uno de sus garitos del casco viejo. Y pensaba no dejar España sin hacerlo. Recibí la llamada entre tanto para poder estar otra vez en el callejón de Las Ventas y ahí estuve. Burladero 24 asiento 5. Vecina de una encantadora pareja de español y mexicana, José Luis y Julieta, nuevos amigos taurinos que ya están invitados para Acho.
Antes había pasado las de caín, y creo que ahí empezó a torcerse todo. Jamás. Jamás. Jamás, he llegado tarde a una corrida. Hoy, por volver a mi habitación y rearmar bolso y demás, recoger la cámara, contestar algunos guasaps se me pasó la hora y el metro se me hizo interminable. Bajada en la estación Ventas y a correr al patio de caballos por donde entran las cuadrillas y mi contacto ya no estaba. Había llegado tarde.
A la taquilla por una entrada. Mi vida, por una entrada. Conseguí un tendido 9 alto a 20 euros. Lo que quería era pasar, entrar a los patios para buscar al contacto. Otro error mío. Me fui al patio de arrastre, por donde entré al callejón el 18 pasado y no era por ahí. No había el contacto. A rogar al jefe de callejón que me dejara pasar para buscar a mi contacto dentro, lo conseguí. Llego y no la tenía. La había dejado a otra persona encargada que me la diera. Y claro, a esa hora, a punto de paseíllo, ya estaba dentro e instalado.
En el camino callejonero me encontré con don Sancho Dávila y el empresario ecuatoriano de Acho, don Juan Fernando Salazar. Y yo, volviendo por mis pasos para salir por el patio de caballos, a esperar que me la alcance. Desastre. Me trajeron el pase pero ya no podía entrar hasta que fuera arrastrado el primero. No ví el paseillo. Ví el primero en la barra del bar del tendido 2 con una coca cola en mano. A esperar. Pero ya tenía mi pase. Volví al patio de arrastre y tras las mulillas a esperar… en sus marcas, listos, al callejón a buscar mi sitio. Me topé otra vez con don Carlos Abella, lo he ganado fan del Perú taurino. ¡Bien!
Escudero, el primer novillero, había sido evacuado inconsciente tras un volteretón sin calada. Pánico. Me siento en el burladero y
pregunto.
Me dicen que no volverá a salir porque lo trasladaban a un hospital local. Sale el segundo, de Espada, y veo salir al quite a Galdós. Se lo pasó ceñido por chicuelinas que levantaron a la gente de sus asientos. El novillo, casi toro, se vencía, apretada, trompicaba el percal. Pero insistió una y otra vez. Dejó con éxito su credencial el novillero limeño. Lo saludé al volverse por el callejón. Se le veía tranquilo y diría que hasta contento, a pesar de la exigencia de la tarde, por su primer contacto con el público de Madrid. Espada se la jugó pero no tocó pelo, tuvo fundamento y lo ví mejor que en Lima. Cuajado. Falló con la espada.
Turno de Joaquín, un novillo-toro levantado, sin humillar, arreando, apretando, recostándose, lo
lancea con apretadas verónicas porque se le ciñe, ganado terrenos, va para afuera, lo desarma, recupera su capote y en lugar de darle la salida, aliviándose algo para seguir con la lidia, decide apretarse otra vez, y cerrar este tramo con un media gustándose, a la cadera.
Es cuando el marrajo se frenó en su cuerpo y le levantó los pies del suelo en un golpe seco y certero. Cayó pesadamente al suelo y el golpe que sufrió en su cabeza al caer sonó como un petardo. Aún retumba en mis oidos. Estuve cerca, muy cerca. Yo en el burladero del callejón y él, inherte, delante, hacia mi derecha entre las rayas. Lo veía inherte, segundos, que fueron una eternidad, el toraco en la arena que hacía por él y nadie llegaba a auxiliarlo. Empezó a convulsionar. Me temía lo peor. Y nadie lo recogía de la arena. Los segundos seguían interminables. Llegaron en su auxilio pero debieron poner pies en polvorosa porquel el toraco regresó. Hasta que por fin, lo levantaron. Cargado al callejón, creo que eligieron el camino más largo a la enfermería al tomar el burladero del 8, quizás no había otra forma porque el toraco estaba cerrado en las tablas cerca de la enfermería. Diablos. Los segundos, eran ya minutos, y siempre interminables. No se movía. Seguía inherte. No podría decir si abrió los ojos.
Pero mientras faenaba Espada al toro de Galdós, al 3º, pasó un subalterno de tabaco y azabache y le pregunto: Sales con Galdós ¿no? ¿cómo está? No se ubica, me dijo, cree que está en Sevilla, le hablan y no recuerda lo que le han dicho, lo llevarán al hospital. Grave conmoción cerebral pero temía también algún percance en el cuello, los taurinos ya conocemos lo graves que pueden ser estas caídas sobre el cuello, eso me parecía. No sabía si ir a la enfermería o no. Me suponía que ya estaría siendo trasladado. Lo confirmé.
La corrida continuaba y así las cosas Espada se convertía en el gladiador de una tarde épica por dramática. Para unos la tragedia, para otros la gloria. Así es esto comenté. Así es la vida, me corrigió mi vecina Julieta. Total razón. Sin escapar lo visto de mi memoria, intentaba concentrarme en el quehacer de Espada. Desasosiego. Enorme, valiente,
entregado, sin esquilmar esfuerzos, Francisco José pechó con la corrida-novillada, fuerte, grande y mala. El 5º saltó al callejón de manso y huido. El único que finalmente sirvió fue el último que paradójicamente era de Galdós y a ese sí que le cortaría las orejas me decía. Pero el destino no lo quiso así. Oreja para Espada del 4º, justa; otra pedida clamorosamente del 5º, no concedida porque el acero se fue a los blandos. Bien el palco que tuvo que tragarse la bronca. Otra vez me decía ¿qué pasa con Madrid? Vuelvo y repito, premios consuelo, si no hay suerte suprema, valoremos con ovación, saludos, vuelta, vueltas… Aún sin auparlo en volandas, nada quita mérito a Espada en una tarde que será histórica, especialmente para él.
Se iba a pie, andando cruzaba la arena Espada, lo esperaban los fotografos en la puerta y yo apeada del burladero para tomar la calle por el patio de arrastre para y subir a un taxi que me lleve al hospital San Francisco de Asís para conocer el estado de nuestro paisano.
Me encontré con sus padres, que estaba bien, recuperado, tranquilo –si cabe porque está desolado de no haber podido volver al ruedo y torear y triufnar-, tiene naúseas, se quedará en observación esta noche, que le siguen haciendo pruebas. Me volvió el alma al cuerpo. No podía ser posible una tragedia mayor. Llegó el empresario Cutiño, quien alguna vez ofreció apoderarlo. Ya me había contado el padre que la empresa de Madrid ofertó el 14J para que vuelva en un mano a mano con Escudero. Aún no lo sabemos, me dijo. Pero sin duda obedece al halo dejado a pesar de la desgracia y porque en el fondo, también tienen claro que esta situación fue provocada en gran medida por el veterinario de turno.
En fin. Que esto es Madrid. Que así se vive Madrid. Que así se viene a Madrid. A dejarse matar por un triunfo. Es esto posible, me preguntaba. Es la verdad de la fiesta, una vez más. Una verdad como un puñal. Luces y sombras. Cimas y simas. En la vida y en el toro. Esto es Madrid.
Así fue la presentación torcida de Galdós en Las Ventas y en Feria de San Isidro. Desde el reconocimiento veterinario dos días antes, que no dejaba pase al encierro elegido por reata por el ganadero de El Montecillo, por quitame estas pajas, toro –o novillo- afuera. Casi todo el campo llegó a los corrales para el reconocimiento. Así, digo yo, cómo se puede tener una novillada en condiciones, de trapio –no exagerado o fuera de tipo- y de lidia, elegida según los libros por conocimiento de su propietario.
Condicionantes que para nada tendrían que ser justificantes, aunque sí atenuantes, porque el toro
tiene en su guión la posibilidad de pegar el derrote, la cornada, coger, tanto como la de embestir ante el mando y poder de su oponente, o no querer pelea.
Había pasado un muy buen momento con mi hija y mi sobrina en el Pelotari degustando un exquisito chuletón de a kilo, carne de buey viejo y curada por 18 meses, cocida vuelta y vuelta a la parrilla y sal gruesa. Platillo que hace años tenía en mente repetir desde que lo conocí en San Sebastián, en uno de sus garitos del casco viejo. Y pensaba no dejar España sin hacerlo. Recibí la llamada entre tanto para poder estar otra vez en el callejón de Las Ventas y ahí estuve. Burladero 24 asiento 5. Vecina de una encantadora pareja de español y mexicana, José Luis y Julieta, nuevos amigos taurinos que ya están invitados para Acho.
Antes había pasado las de caín, y creo que ahí empezó a torcerse todo. Jamás. Jamás. Jamás, he llegado tarde a una corrida. Hoy, por volver a mi habitación y rearmar bolso y demás, recoger la cámara, contestar algunos guasaps se me pasó la hora y el metro se me hizo interminable. Bajada en la estación Ventas y a correr al patio de caballos por donde entran las cuadrillas y mi contacto ya no estaba. Había llegado tarde.
A la taquilla por una entrada. Mi vida, por una entrada. Conseguí un tendido 9 alto a 20 euros. Lo que quería era pasar, entrar a los patios para buscar al contacto. Otro error mío. Me fui al patio de arrastre, por donde entré al callejón el 18 pasado y no era por ahí. No había el contacto. A rogar al jefe de callejón que me dejara pasar para buscar a mi contacto dentro, lo conseguí. Llego y no la tenía. La había dejado a otra persona encargada que me la diera. Y claro, a esa hora, a punto de paseíllo, ya estaba dentro e instalado.
En el camino callejonero me encontré con don Sancho Dávila y el empresario ecuatoriano de Acho, don Juan Fernando Salazar. Y yo, volviendo por mis pasos para salir por el patio de caballos, a esperar que me la alcance. Desastre. Me trajeron el pase pero ya no podía entrar hasta que fuera arrastrado el primero. No ví el paseillo. Ví el primero en la barra del bar del tendido 2 con una coca cola en mano. A esperar. Pero ya tenía mi pase. Volví al patio de arrastre y tras las mulillas a esperar… en sus marcas, listos, al callejón a buscar mi sitio. Me topé otra vez con don Carlos Abella, lo he ganado fan del Perú taurino. ¡Bien!
Escudero, el primer novillero, había sido evacuado inconsciente tras un volteretón sin calada. Pánico. Me siento en el burladero y
pregunto.
Me dicen que no volverá a salir porque lo trasladaban a un hospital local. Sale el segundo, de Espada, y veo salir al quite a Galdós. Se lo pasó ceñido por chicuelinas que levantaron a la gente de sus asientos. El novillo, casi toro, se vencía, apretada, trompicaba el percal. Pero insistió una y otra vez. Dejó con éxito su credencial el novillero limeño. Lo saludé al volverse por el callejón. Se le veía tranquilo y diría que hasta contento, a pesar de la exigencia de la tarde, por su primer contacto con el público de Madrid. Espada se la jugó pero no tocó pelo, tuvo fundamento y lo ví mejor que en Lima. Cuajado. Falló con la espada.
Turno de Joaquín, un novillo-toro levantado, sin humillar, arreando, apretando, recostándose, lo
lancea con apretadas verónicas porque se le ciñe, ganado terrenos, va para afuera, lo desarma, recupera su capote y en lugar de darle la salida, aliviándose algo para seguir con la lidia, decide apretarse otra vez, y cerrar este tramo con un media gustándose, a la cadera.
Es cuando el marrajo se frenó en su cuerpo y le levantó los pies del suelo en un golpe seco y certero. Cayó pesadamente al suelo y el golpe que sufrió en su cabeza al caer sonó como un petardo. Aún retumba en mis oidos. Estuve cerca, muy cerca. Yo en el burladero del callejón y él, inherte, delante, hacia mi derecha entre las rayas. Lo veía inherte, segundos, que fueron una eternidad, el toraco en la arena que hacía por él y nadie llegaba a auxiliarlo. Empezó a convulsionar. Me temía lo peor. Y nadie lo recogía de la arena. Los segundos seguían interminables. Llegaron en su auxilio pero debieron poner pies en polvorosa porquel el toraco regresó. Hasta que por fin, lo levantaron. Cargado al callejón, creo que eligieron el camino más largo a la enfermería al tomar el burladero del 8, quizás no había otra forma porque el toraco estaba cerrado en las tablas cerca de la enfermería. Diablos. Los segundos, eran ya minutos, y siempre interminables. No se movía. Seguía inherte. No podría decir si abrió los ojos.
Pero mientras faenaba Espada al toro de Galdós, al 3º, pasó un subalterno de tabaco y azabache y le pregunto: Sales con Galdós ¿no? ¿cómo está? No se ubica, me dijo, cree que está en Sevilla, le hablan y no recuerda lo que le han dicho, lo llevarán al hospital. Grave conmoción cerebral pero temía también algún percance en el cuello, los taurinos ya conocemos lo graves que pueden ser estas caídas sobre el cuello, eso me parecía. No sabía si ir a la enfermería o no. Me suponía que ya estaría siendo trasladado. Lo confirmé.
La corrida continuaba y así las cosas Espada se convertía en el gladiador de una tarde épica por dramática. Para unos la tragedia, para otros la gloria. Así es esto comenté. Así es la vida, me corrigió mi vecina Julieta. Total razón. Sin escapar lo visto de mi memoria, intentaba concentrarme en el quehacer de Espada. Desasosiego. Enorme, valiente,
entregado, sin esquilmar esfuerzos, Francisco José pechó con la corrida-novillada, fuerte, grande y mala. El 5º saltó al callejón de manso y huido. El único que finalmente sirvió fue el último que paradójicamente era de Galdós y a ese sí que le cortaría las orejas me decía. Pero el destino no lo quiso así. Oreja para Espada del 4º, justa; otra pedida clamorosamente del 5º, no concedida porque el acero se fue a los blandos. Bien el palco que tuvo que tragarse la bronca. Otra vez me decía ¿qué pasa con Madrid? Vuelvo y repito, premios consuelo, si no hay suerte suprema, valoremos con ovación, saludos, vuelta, vueltas… Aún sin auparlo en volandas, nada quita mérito a Espada en una tarde que será histórica, especialmente para él.
Se iba a pie, andando cruzaba la arena Espada, lo esperaban los fotografos en la puerta y yo apeada del burladero para tomar la calle por el patio de arrastre para y subir a un taxi que me lleve al hospital San Francisco de Asís para conocer el estado de nuestro paisano.
Me encontré con sus padres, que estaba bien, recuperado, tranquilo –si cabe porque está desolado de no haber podido volver al ruedo y torear y triufnar-, tiene naúseas, se quedará en observación esta noche, que le siguen haciendo pruebas. Me volvió el alma al cuerpo. No podía ser posible una tragedia mayor. Llegó el empresario Cutiño, quien alguna vez ofreció apoderarlo. Ya me había contado el padre que la empresa de Madrid ofertó el 14J para que vuelva en un mano a mano con Escudero. Aún no lo sabemos, me dijo. Pero sin duda obedece al halo dejado a pesar de la desgracia y porque en el fondo, también tienen claro que esta situación fue provocada en gran medida por el veterinario de turno.
En fin. Que esto es Madrid. Que así se vive Madrid. Que así se viene a Madrid. A dejarse matar por un triunfo. Es esto posible, me preguntaba. Es la verdad de la fiesta, una vez más. Una verdad como un puñal. Luces y sombras. Cimas y simas. En la vida y en el toro. Esto es Madrid.
Tauropolis: Perú en Madrid
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Fue una ilusión que me
asaltó desde que los novilleros Roca Rey y Galdós fueron anunciados en San
Isidro 2015. Y gracias a la gestión del
matador Gómez Escorial ante la Comunidad
de Madrid se pudo cumplir.
Fue para mí un gran honor
y una extraordinaria experiencia poder exponer en la Sala Cossío de la plaza de
toros más importante del orbe taurino, Las Ventas de Madrid, lo que es nuestro Perú taurino para que los
aficionados que se reunen en esta especie de ‘mundial del toreo’ puedan
conocernos más.
Y así fue, la oficina de asuntos taurinos de la Comunidad
de Madrid hizo propia la iniciativa,
incluso su director, don Carlos Abella, escritor, intelectual y gran taurino, pidió lo esperemos para presentar el acto a pesar de existir una
entrega de premios en otra sala venteña. Sorpresa y honor.
Los bajos del Tendido 6 nos cobijaron el mediodía del 18 de mayo, fecha
en que por la tarde toreó Andrés Roca Rey.
Tuvimos el auditorio lleno de aficionados interesados en conocernos, y prensa como Tendido Cero y Telemadrid cubrieron
el evento entre otros generalistas.
El maestro portugués
Víctor Méndez nos acompañó para contar su paso por Acho. Al concluir me dijo:
Ha sido un honor participar en un evento que ha puesto de manifiesto la
verdadera importancia y proyección de la fiesta de los toros en el Perú. También estuvieron los novilleros presentes,
hablaron del Perú taurino y lo que para ellos significa ser torero en nuestro
país; también participó el matador Jesús de Fariña para comentar la pasión que
se vive en toda la geografía nuestra por los toros.
Días después en los
patios de Las Ventas pude encontrar a don Carlos Abella y seguía emocionado por
el éxito del evento, el Perú está de moda en Madrid, me dijo.
Y es que las imágenes de
las plazas de toros del Perú ¡impactaron! por tiempo debieron ser escogidas y referenciales
según las regiones como símbolo de las más de 600 tardes de toros que se viven
cada año en las más de 220 plazas de toros firmes y los millones de personas
que ven este espectáculo en el país.
Perú,
pasión por los toros, así llamamos la
jornada que recibió una larga y sostenida ovación de parte de los taurinos
asistentes. Emoción. Y un deber, como
taurina y peruana, cumplido.