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Así como lo lees. Diego Urdiales, ungido ya torero de toreros, y de aficionados, aunque no de
empresarios, triunfó en Madrid y cerró su temporada al alza y con los toros de Adolfo Martín, esos llamados 'encaste minoritario' porque las figuritas no los quieren porque hay que poderles de verdad. Dictadura empresarial absurda y disparatada del sistema taurino actual que imponen unos cuantos como nefasta política que perjudica a algunos capaces y beneficia a otros que como cromos que se los intercambian en repartija siniestra de la torta que es el toreo.
A pesar de ello y armado de corazón, capote, muleta y estoque, este gran Diego dio la talla y puso la cara para triunfar otra vez en Madrid, y a punto estuvo de descerrajar el portón de la gloria que debió auparlo a la Calle de Alcalá, rumbo a esa gloria que le es tan esquiva por ajenos motivos.
Urdiales, el gran Diego, estuvo cumbre por naturales, orfebrería que sustentó casi toda su obra, su capolavoro madrileño, con la mayor pureza que se puede expresar, que se puede sentir, con la pureza que se consigue trascender, conmover, porque lleva dentro un corazón que siente y late en torero, con torería de la cara. Pureza dije y, añado, poderío que no es más que el conocimiento del toro y su capacidad de resolver, a través de la mejor lidia, el planteamiento puesto en la arena por el toro para que surja el toreo, bueno y bonito, puro y hondo. Y eso fue lo que conmovió Madrid el último domingo 5 de octubre del 2014 que cerró la Feria de Otoño en la plaza más importante del orbe taurino. Vuelvo y repito: 'Grande Diego'.
Madrid, domingo 5 de octubre de 2014. Toros de Adolfo Martín y Puerto de San Lorenzo (5º bis, manso). Bien presentados, serios y ofensivos por delante. El primero, desrazado; exigente pero con un fondo de calidad el segundo. Parado y áspero el tercero. Complicado y desarrollando peligro el cuarto. Exigente y encastado el sexto. Uceda Leal, silencio y pitos; Diego Urdiales, oreja tras aviso y ovación con saludos; Serafín Marín, silencio y oreja. Entrada: Casi lleno. Destacó picando al cuarto Francisco de Borja.
Lo que dicen:
José Ma. Vivas en BurladeroTv. Y qué decir de Urdiales, pedazo de torero, que no es que tenga sitio en las corridas duras que ya las mata y con mucha dignidad y mucha clase, este torero debe estar en las ferias y en los carteles buenos y con las figuras, porque muy poquitos toreros son capaces de torear e interpretar el toreo como lo hace el riojano...
Aplausos. Diego Urdiales dio de nuevo un severo toque de atención. Sensacional el toreo al natura del riojano: sabor, torería, personalidad... paciente y solemne, fue metiendo en la muleta al animal a base de temple. Un gran último tramo de faena, con el toro humillado y el riojano ralentizando el toreo al natural.
El Mundo. Urdiales resucita el toreo perdido, emociona y conmociona con su izquierda en Madrid y corta una oreja de ley; Tres naturales de Diego Urdiales provocaron una verdadera conmoción en la plaza de Madrid, un estremecimiento, una descarga de emoción, que a algunos nos trasladó a la reaparición de Manolo Vázquez, a los 80 de Chenel, por todo lo que tuvieron de reencuentro con lo clásico, con el toreo perdido...
El País. Diego Urdiales vislumbra la gloria. El torero riojano emocionó a Las Ventas con naturales hermosos y una estocada de época... casi tocó la gloria con las yemas de los dedos, pero no tuvo ocasión de zambullirse en ella y disfrutarla. Se lo impidió un toraco de enorme volumen y 600 kilos de peso, un sobrero manso, deslucido y huidizo, que le cerró a cal y canto la puerta grande que ya tenía entreabierta. Porque lo que ayer dijo Urdiales es que es un torero de cuerpo entero, que posee los mimbres del valor y la estética, que conoce los secretos del temple, que manda, que posee un alma sensible, que es elegante e imaginativo y derrocha personalidad y empaque.