Hace mucho que nuestra Bicentenaria plaza de toros de Acho no se fundía en un olé rotundo y sentido ante la muleta de un peruano. De un novillero. Desde aquel faenón de Cubas… Ayer Acho volvió a rugir cuando fue descubriendo cual epifanía taurina la luz del toreo caro, sentido, torero, con clase que derrocho Joaquín Galdós en sus faenas, cortó dos orejas y salió a hombros en tarde que Andrés Roca Rey pudo haber cortado una del 5º de no pinchar.
Porque fueron importantes
las tres faenas de Galdós, de diferente calado pero con grandeza, esa que se
imprime cual sello cuando se nace desde el alma y el corazón. Con un toreo fundamentado en la pureza y la
hondura del gusto de llevar las manos muy bajas, el trazo muy largo, con mucho
sometimiento tanto como aquel del toque sutil a media altura administrando su
toro pero sin perder la donosura y la finura del toreo que por momentos nos
dejó sentir en los andares, con toro o sin él, en las chicuelinas, aires
manzanaristas como en el color del traje que lució.
Cortó oreja del primero y
otra del segundo que bien pudieron ser cuatro de no mediar, me parece, la
incredulidad ante el descubrimiento, ante el hacer de un novillero que se
creció al reto, dando una dimensión inmensa de su toreo y de lo que puede ser
capaz de hacer, en un futuro que se prevé de figura, con el respeto del toro y
la divina suerte por medio.
Su primera fue faena de
kilates, qué verónicas de recibo, cómo mecía los brazos, y en todo siempre con reposo, mucho temple,
mucho gusto, mucha torería a un buen novillo que colabró pero no tanto como el
otro que se vino a más tras la buena lidia aplicada. Empezó trayéndoselo de rodillas hasta los medios y
toreadísimo lo llevó en una serie importante, luego lo administró ya que el 4º era algo sosito, sin humillar. Lo fue
metiendo en muleta, consintiendo y sobando, sin atacar, sin afligir, en
muletazos de relajo y desmayo para luego bajarle la mano en el toreo que le
gusta y cala. Disfrutó e hizo
disfrutar. Pinchó arriba y
espadazo.
Al último fue el garbansito
del encierro, Galdós lo recibió en
toriles, era distraído, rajadito, arrollaba,
topaba, desclasado, porfió con él, el novillo se orientó y lo arrolló
felizmente sin consecuencias. Volvió a
la cara y le endilgó un par de tandas, en el sitio. Lo despachó y fue alzado a hombros por la
puerta de la gloria.
Gloria que le fue esquiva
a Roca Rey porque no terminó de encajarse ni entenderse con su lote. Al primero que era flojito, lo recibió con
lances a pies juntos y variado con el capote en los quites. Lo pasa a media
altura en un palmo aplicando mucho temple pero un tanto frio destacó por
naturales y en el remate. La estocada
delantera y perpendicular generó una leve petición.
Con el 3º le engancha las verónicas y empieza
a descomponerse. Compiten en quites
lucidos los novilleros. Quita Andres por saltilleras replica Galdós por
delantales y entra Roca Rey por chicuelinas ceñidas. Con la muleta protesta
porque no le bajan la mano y suelta la cara lo que no conjura y no hay acople,
el público lo percibe y surgen algunas protestas. Silencio. Echó el resto en el
5º. se fue a porta gayola y luego lanceó
por tafalleras. Inicia de rodillas y su toreo largo por abajo enciende al
tendido. En pie luce más por derchazos
templados, verticales, ligando en un palmo y luego en el cierre sin estoque
pasándoselo por ambos pitones. Pincha
algún trofeo y se le va la tarde.
FICHA. Sábado 25 de octubre 2014. Plaza de toros de Acho, 1ª de Feria Señor de
los Milagros. Media plaza. Se lidió una novillada buena novillada la de
Santa Rosa de Lima con novillos bien presentados, cuajados, buenos pero no de
los tontos que van y vienen, de los que exigen firmeza y cabeza. Mano a mano de Andrés Roca Rey (Per),
saludos, silencio, ovación. Joaquín Galdós
(Per), oreja, oreja y ovación.
Incidencias. Destacaron en la
brega Dennis Castillo, a caballo César Caro y Angelo Caro, en banderillas “El
Rata”, Dennis Castillo, Darcy Tamayo. Galdós salió a hombros.