Por Pedro Julio Jiménez Villaseñor desde Aguascalientes
Pues definitivamente Carlos Saldívar no tiene un momento de calma, Carlos, el mayor de sus hijos, es “la contra” de Arturo, el segundo de la familia, y novillero herido en Santa Cruz de Retamar en días pasados, al primogénito “le cortaron una oreja” y no es torero como su hermano, tampoco tiene dehesa alguna, es motociclista y en un accidente acrobático es que perdió parte del auricular izquierdo hace pocos días.
Sin embargo, Arturo buscando cortarle las orejas a los de “El Cortijillo” sufrió la grave cornada que conocemos, la femoral destrozada, y que lo tuvo en extrema gravedad por interminables horas, afortunadamente ya “va de salida”. Nos cuenta Carlos como se entero del percance... “Pues me encontraba por los rumbos de Teocaltiche, Jalisco, en un rancho familiar y hasta ahí me llegó la llamada de Juan Cubero, desde España, desde las puertas de la enfermería y por el tono de su voz adivine que algo malo había sucedido. Hube de pedirle calma, le escuchaba a punto del llanto, con un nudo en su garganta y desde luego que las piernas me comenzaron a temblar a pesar de que cuando Arturo me dijo que quería ser torero yo sabia los riesgos, que las cornadas siempre estarán presentes, colgando esa llamada me habló el licenciado Julio Esponda, director de “Tauromagia”, también le note preocupado y yo solo pedí ayuda a las alturas, sabia que mi esposa y mi hija estaban orando como siempre lo hacen cuando Arturo Torea, no podía hacer mas”...
Hoy ya denota calma Carlos, ya ha hablado con su hijo, la primera de las veces fue cuando le dijo... ¡Papá, tengo hambre!. Posteriormente son varias las llamadas que ha efectuado hasta Toledo, al sanatorio donde se encuentra Arturo, el padre prosigue... “Para mi hijo no ha sido fácil su estancia en España, sobre todo en lo económico, si me he mantenido al margen en ese aspecto es porque quiero que se forme en todos los aspectos, tengo la muestra ya de que se esta enseñando a administrar lo poco o mucho que gane y hace ya varias semanas que se compró su primer vestido de luces, sé que se gastó 3500 euros y que bueno que así se den las cosas, esta madurando como hombre y como torero”...
Escucho a Carlos que ya relajado deja ver su resignación al ser el padre de un joven que tarde a tarde se juega la vida. Es el momento que yo también reflexiono e imagino el mal rato de todos aquellos que estaban en la plaza, Arturo perdió mucha sangre e ingreso a la enfermería sin conciencia, literalmente con ella había regado el piso del ruedo, del callejón y de la vía hasta donde era atendido, iba acompañado por Juan Cubero, su maestro, quien el 30 de septiembre de 1985 hizo un recorrido semejante, muy similar en Colmenar Viejo, en la comunidad de Madrid, su hermano José, conocido como “El Yiyo”, ingresaba a la enfermería del lugar ya sin vida, “Burlero”, de “Marcos Núñez, le había partido el corazón, aseguro que el titubeo de su voz al comunicarse hasta Aguascalientes, con el padre de su torero, le trajo a la mente esos amargos momentos vividos hace ya 24 años, amargos momentos, dolorosos recuerdos de la tarde que en sustitución de “Curro” Romero, “El Yiyo” encontró a su destino, hoy afortunadamente las cosas se enfilan por mejor camino, afortunadamente Arturo se restablece, afortunadamente Arturo sigue teniendo hambre...
Afortunadamente sus familiares después de sus oraciones nocturnas, ya pueden conciliar el sueño, Arturo es quien no duerme soñando en la tarde de su reaparición, “afortunadamente” solo perdió sangre, su afición quedo intacta, así son los toreros y Arturo es torero, no se cambia por nadie en estos momentos, es torero... Nos Vemos.