El Puerto de Santa María (Cádiz), 9 ago (EFE).- Los diestros Enrique Ponce, que cuajó una elegante y entonada actuación, y Miguel Ángel Perera, que fue todo valor y corazón, salieron a hombros en el festejo celebrado hoy en el Puerto de Santa María tras cortar tres y dos orejas, respectivamente.
Perera dictó cátedra de valor y capacidad, desbordando en el sexto, con la afición en pie a punto del infarto, comentan que hasta le tocaron las palmas por bulerías al valor de estar quieto y arrimarse sin mover un alamar... Brindó a Paco Ojeda y le rindió tributo, se fajó tanto con el toro después de una colada que heló los pulsos y permitió que los pitones de un animal con mucha guasa, -por mirón, reservón y probón-, además de meterse por dentro, le rozaran constantemente el fajín a la altura de la cintura.
La labor de Perera fue tan rotunda que "eclipsó" dicen todo lo demás. En lo demás estaba Enrique Ponce, en su primero templado y fácil aunque "despegado" y en el otro que no humillaba y se movía estuvo con una "técnica portentosa". José Luis Galloso, veterano de vuelta ... instrumentó un ramillete capotero variado, destacando un par de chicuelinas armónicas, de esas que se sienten dentro, y que saben a añejo... lo demás fue un querer, y no poder con un animal bobalicón sin transmisión con el otro, anduvo precavido. (Burladero)