Madrid Viernes 21 de mayo. Decepcionante fue la corrida de hoy en Las Ventas pero como siempre hay las de cal y las de arena, el día tuvo el agradable estar con el Tío Josemaría y con Tere que gentilmente nos invitaron a comer al Viña P de Plaza de Santa Ana.
Esta vez bajamos en Sevilla para entrar por una calle que circulamos anoche. La ubiqué por el letrero del hotel Santander… Mi hija va mejor ubicada que yo sin duda. Esperamos un tantito en una terraza con un capuchino, a manera de desayuno frente al teatro Lope de Rueda en la misma Plaza de Santa Ana.
Tras el previo, a pasar a comer por delante un tomate aliñado con algunos berberechos, lo que no conocía ni había comido jamás. Una especie de choro pequeñísimo, muy sabroso, y oportuno para esta ensalada. Platito de jamón, buenísimo, de esos que le suda la grasita y se deshace en la boca. Y
de fondo una paella. Tras el chupito de crema de orujo a tomar la calle otra vez y andando hasta Sol para volver a introducirnos al Metro camino al hostal para luego salir al Wellington a buscar un par de entradas para ir sola.
Ayer concedieron oreja a Castella con una espada en los bajos. Es que no se enteran que hay otros premios parece porque que yo sepa, una mal espadazo es demérito para no premiar una faena aunque haya sido buena. Hay otros premios consuelo en el toreo como una vuelta, saludos o una clamorosa ovación.
trasteó también despegado, apretándose en uno, el del medio de cada serie, por lo que fue muy recriminado por el 7. Cansó. Mal la cuadrilla incluso con el puntillazo.
Madrid, Madrid, Madrid. A pesar de todo, me sigues conquistando con tus modos erráticos, con tu 7
indómito, con tu monumentalidad que acojona, con el taurineo que abruma y el glamour que seduce. Madrid, de toros hasta el lunes 25 que volveré para ver a otro peruano hacer el paseíllo en tu arena de primera.