sábado, 13 de marzo de 2010

Puerta grande de Castella en Castellón

PERO... Valor el de Morante que además hizo el toreo (COPE)

La Fiesta necesita una urgente redefinición de conceptos, un consejo de notables que doten de contenido los vocablos que alegremente utilizan profesionales y aficionados. La primera propuesta de servidor es el término “valor”. Claro, habría que profundizar en la idiosincrasia del toreo para ajustarlo lo mejor posible a la realidad. Tengo para mí que el personal confunde valor con arrojo y, en la medida que pueda, pretendo aclarar mi teoría.

Por ejemplo, centrándonos en la corrida de esta tarde, valor ha sido lo de Morante y arrojo lo de sus compañeros. Se necesita ser muy consciente de lo que se pone en juego para quedarse quieto y, lentamente, atraer la embestida de un toro bravo aunque tenga un trapío más que mejorable para una plaza de segunda como los toretes de Vegahermosa y Jandilla. Hay que tenerlos bien puestos para echar los engaños abajo, ponerse bonito y dotar al cuerpo de expresión desde el cabello hasta las uñas de los pies. En suma, crear arte desnudo de alharacas, de huyes y de ayes. Belleza. Lo consiguió José Antonio Morante en el que abrió plaza veroniqueando con gusto excelso, deteniendo con su capote las prisas de Elegante. En redondo tuvo tiempo de echar varias cabezaditas mientras la mano guiaba con suavidad y mimo, sin titubeos, el viaje del torete, molesto en ocasiones, que acabó por rendirse al sometimiento del coletudo. El público, confundido, en un primer momento no acogió como mereció una faena para el deleite de los paladares exquisitos. Sólo al final, cuando Morante saludó, se lo reconoció con una atronadora ovación. El cuarto era un zapato que duró un suspiro porque gripó el motor y a la embestida le faltó ritmo. Una birria, vamos. Morante lo intentó, dejó para el recuerdo unos lances fundamentales de factura impoluta, tal o cual cambio de manos le salió pinturero, pero le faltó enemigo. Una pena.

Al arrojo se apuntaron Castella y Perera, que tocaron pelo. Cabe decir en este punto, para ser sinceros y no faltar a la verdad, que lo hicieron todo a favor de los cornúpetas, intentando molestarlos lo menos posible, desplazando los engaños en línea recta. El francés salió en hombros por la magnanimidad presidencial. Recibió de muleta a Fiero con unos estatuarios y acompañó las embestidas a media alturita. Pulcro al natural, no llegó a prender la mecha en los tendidos hasta que acortó distancias y se dio a aliviarlo por arriba. La espada quedó desprendida y el torero desarmado, pero paseó dos orejas. ¡Qué le vamos a hacer! El planteamiento al quinto fue similar, salvo que trocó los estatuarios por los cambiados por la espalda, pero marró con los pinchos hasta en tres ocasiones.

El extremeño hizo el poste ante Canalla, un jandilla sosito y bobalicón. Al toreo con la izquierda le faltó sal y resultó insípido, pero optó por coser los muslos a los cuernos y a los parroquianos les pareció de perlas. Manejando los aceros mal, que si no… Al sexto le hizo un quite intercalando chicuelinas y saltilleras de lo más vistoso. En mitad del trasteo fue prendido, el toro hizo por él y, mermado de facultades, se justificó con honradez y como consumó con decoró la suerte suprema el buen público de la Plana lo obsequió con una oreja, que estamos en fiestas.

Por cierto, casi se me olvida. Después de cuatro corridas vimos la primera vara. No se crean que fue nada del otro mundo pero la excepcionalidad cabe reseñarla para la posterioridad. Fue en el cuarto, Cristóbal Cruz largó palo y señaló en buen sitio antes de que el animal topase con el peto. Entre los de a pie destacó el buen hacer de Lili con capote y banderillas, Curro Molina con los garapullos en el quinto, por lo que fue obligado a saludar; y Joselito Gutiérrez prendiéndole rehiletes al último.


Castellón, viernes 12 de marzo de 2010. 6ª de Feria. Temperatura fresquita y lleno. Cuatro toros de Vegahermosa, justitos de trapío aunque algunos como segundo y cuarto lucieron sus pitoncitos y todo. Molestó el primero; fue alegre el segundo; sin ritmo en la embestida el cuarto y noblote sin fuerzas el quinto. Dos toros de Jandilla remendaron la corrida anunciada. Alto de agujas el tercero, tuvo un aprovechable pitón derecho mientras el que cerró festejo fue dócil y flojo. Morante de la Puebla, gran ovación con saludos y palmitas. Sebastián Castella, dos orejas y saludos. Miguel Ángel Perera, saludos y oreja.