Tarde triunfal en la que se cortaron hasta siete apéndices.
Por Magaly Zapata desde Ancash
Hoy lunes 14 de octubre se cumplió la primera de dos tardes de toros en la localidad de San Marcos en Ancash. Pueblo minero con ansias de ver toros en honor de su Virgen Peregrina Mamá Pillicha. Tarde que en el marco de una corrida mixta se lidiaron cinco astados de Roberto Puga, destacando los lidiados en 1o noble, 3o encastado novillo y 5o el de más cuajo y mejores hechuras que humilló por abajo. Todos recargaron en el peto aunque en algunos casos decidieron señalarlos.
La terna estuvo conformada por los matadores españoles Juan del Álamo (oreja y dos orejas) y Lama de Góngora (oreja y oreja)y el novillero nacional Julio Alguiar (dos orejas en el único que despachó). Juan del Álamo se llevó el trofeo al triunfador.
Sin exquisiteces que no estamos en Madrid es menester decir que el palco inició acciones con rigurosidad pero luego soltó la mano a mitad del festejo. Y fue así que finalmente se repartieron siete apéndices. A juzgar por los comentarios del los asistentes al salir del festejo, lo visto cumplió sus expectativas.
Juan del Álamo con el toreo de fino corte que le caracteriza no mezquinó esfuerzo, especialmente en su segundo, para cuajar tandas aún cuando se iba apagando su toro, buscando las vueltas lo hizo pasar y en ligados muletazos por derecha que fue el pitón menos cómodo, para sacarse la espinita del primer tramo de faena; habiendo dejado con la zocata algunos naturales de buena factura ante la nobleza algo sosita del toro. Acertado con el acero y haciéndolo todo porque no pegó el tranquillo adelante el toro la espada la dejó en la peña. En su primero lanceó a gusto con el capote y aprovechó en muleta la virtud del toro, desplazarse con nobleza y buscar las telas por abajo, si acaso algo apagado mediada faena pero la calidad de su toreo se impuso.
Lama de Góngora venía espoleado por su triunfo en Cajabamba y nos dejó paladear ese gustito sevillano en su trasteo. Más cómodo con el capote en su primero que en el otro, se le vio mecerlo a compás. Ese primero no tuvo clase, salía con la cara arriba, no estaba sobrado de fuerza y le costaba salir de la tela de ahí que con la muleta acortó distancia pero entendió lo que pedía el toro y logró series con buenos derechazos, templados siempre, aunque fueran de uno en uno. Pincha y casi entera le pidieron dos con fuerza. Pero la otra llegaría en su segundo, el que cerró tarde, bonito de tipo y con cuajo, una pena que se viniera a menos. No se acopló con el capote y en muleta aprovechó su mejor pitón que fue el derecho, humillaba aunque condicionado por la fuerza, así logró derechazos templados y echando la tela al hocico. Debía tocarlo firme sino se la pensaba para tomar la tela. Con la izquierda no se acopló, iba incierto y midiendo. Recibió otro apéndice que le abrió la puerta grande.
Misma que cruzó el novillero Julio Alguiar tuvo una sola bala y pudo conseguir el triunfo. Lanceó en su estilo, arrebujandose, y en muleta lo toreó más por derecha aunque sin someter sino muy a su aire. El algunos pasajes si que se quedaba en el sitio para ligar y era ahí cuando surgía su mejor toreo. Esta vez si lo despachó a la primera algo trasera y efectiva. Bandera peruana y aclamado en la vuelta al ruedo se le vio disfrutar. Lo acicateará de cara a su comparecencia en Acho.
Conviviendo con la constante amenaza de lluvia que quedó en chubascos intermitentes con momentos de sol, el pueblo y el de Chavin también y quizás de Huari se dieron cita. Lo penoso fue la mala condición del ruedo, piedras e irregular terreno, y la estructura de la portátil con exagerada fragilidad en sus metales, palos de seguridad de anclaje y más aún en los burladeros. Peor imagen hubo en las graderías y el peligro era latente de algún percacnce que gracias al manto protector de Mamá Pillicha no sucedió. Me decían que ese es el terreno adquirido por hacer una plaza de toros que aún cuando existen proyectos presentados por la autoridad edil la OCE esta no aprueba 'plazas de toros'. Eso tiene nombre señores funcionarios públicos y se llama DISCRIMINACIÓN hacia un espectáculo de arraigada costumbre y que está amparado por el derecho constitucional y humano a disfrutar de la cultura.
Y como estamos en las temporadas de la primera vez, hoy fue la primera vez que vi los toros desde un singular palco. Explico. Entre las graderías y las 'tablas' de metal del ruedo había un buen espacio que fue ocupado por un gentío que fácilmente albergaban hasta 6 filas concéntricas al ruedo y se extendían hasta antes de empezar las gradas. El gentío ocupaba peligrosamente la entrada y salida de los caballos ante la fragilidad del sistema de apertura. No quedó otra opción que buscar a don Vilchez, que transportó los toros y nos permitió ver (y grabar) la corrida trepados al lado de los cajones de los toros; y por primera vez también, he podido sentir de cerca el movimiento del trajinar de los toros hasta salir por la manga al ruedo. Toda una experiencia sin duda.
En fin, que el pueblo quiere ver sus toros, no pagan entradas, disfrutan y se divierten pero de parte de los encargados de organizar sus corridas merecen un poco de respeto, por su integridad, la de cada asistente, y por la seguridad del espectáculo. Que como va la política anti es mejor no correr riesgos que pueden sino evitarse si que minizarse, con un tantito de apego a la razón y a lo correctamente taurino.