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Salió la tierra en el quite del 6o, cuando se arrancó por zapopinas (rebautizadas lopecinas) en los medios, fue metiendo en canasto al público que reventó en olés y ovación con el improvisado ramate. Por verse auténtico y fresco.
Brinda al público. Estatuarios de inicio uyyy en segundo por lo cerca que se lo pasó y el desprecio al final. Sigue por naturales, por donde mejor se desplaza, con nobleza. Sin agobiarlo, a media altura, lo conduce con temple y largura. Pero tiene poco fondo y no parecía de triunfo grande. Con la derecha, cuidando sin atacar, liga una tanda de gusto y relajo, templando que fue jaleada, y otra más que coronó con la espada arriba, de buena ejecución y rápido efecto y le valió para que el público le pidiera con fuerza una oreja.
Bien el torero mexicano, que se mostró con oficio, manejando bien las telas, con fundamentos y muchas ganas de hacer bien el toreo, de entregarse de corazón y con verdad.
