domingo, 23 de octubre de 2011

La media de Antoñete, por Muriel Feiner



Significa mucho para mí esta foto, porque al maestro le gustaba y, años después, descubrí que ocupaba un lugar especial en su casa de Navalagamella. Le gustó tanto que él la entregó al Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid para que hicieran la placa dedicada a 'Antoñete' en la Puerta Grande de Las Ventas.

Hice esta foto muy al principio de mi carrera profesional como fotógrafa, entre muchas otras, para ilustrar la primera entrevista que le hice. No creo que tuve mucho mérito en hacer esta foto aunque sí mucha suerte. Tampoco tenía el mejor ángulo, desde luego, ya que estaba sentada en un quinto escalón de la escalera del tendido 2, y embarazada de cinco meses de mi hijo mayor.

Pero yo toreaba siempre con Antoñete desde el tendido, porque su toreo me llegaba al alma. Tuve la suert" de captar el momento pero también estoy convencida de que las grandes fotos, como las grandes faenas, salen del alma. Demos gracias, nosotros los aficionados, que volvió a los ruedos en los años ochenta para darnos a todos unas lecciones sobre el auténtico toreo.

"Se torea como se es", dijo Juan Belmonte, y Antoñete toreaba con una singular pureza, elegancia y sinceridad que reflejaba como era Antonio Chenel, la persona.
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