Dramático balance en menos de 24 horas han dejado las fiestas de San Fermín en la ciudad de Pamplona. Por una lado la cara amarga se vio con la cornada a Manuel Jesús El Cid en la corrida de El Ventorrillo, rotura de la bolsa del escroto y otra herida en la rodilla le impidieron continuar la lidia que apenas había comenzado muleta en mano en el primer toro de la tarde. Eso hizo que la corrida quedara en un mano a mano que tuvo oportunidad de ver por Internet, entre Castella y Manzanares, en el que de lejos fue según mi ver, el francés quien se mostró más capaz y poderoso. Pudo desorejar a su lote pero en el último falló estrepitosamente con el acero. A Manzanares por el contrario no lo vi resolver, sin encontrar la distancia, intermitente. Finalmente el francés cortó la única oreja de la tarde en la que el ganado a pesar de estar con excesiva romana, se empleó con mayor o menor calidad, con más o menos fuerza, con más o menos raza.
Y hoy, ha sido el encierro de los toros de Jandilla que en más de 4 minutos han causado el pánico en las calles de Pamplona. Capuchino ha pasado a la historia por matar a un mozo madrileño al empitonarlo en el cuello y el pulmón. El corredor sufrió una herida por asta a nivel supraclavicular izquierda con trayecto descendente, afectando al pulmón izquierdo, aorta, y cava. Herida que dice el médico que lo recibió era mortal de necesidad y apenas aguantó 40 minutos tras llegar al hospital. Seis años hace que un toro no se cobraba la vida de un corredor y con éste suman 15 los fallecidos en la historia de los encierros de Pamplona.