Luego de soportar con coraje un cáncer que le comió la vida, ya partió a su última morada, escogida por él y en las aguas del mar de Santa María, el periodista deportivo Micky Rospigliosi, a quien conocí por el año 1998 cuando por gestiones del fallecido César Paredes, instalamos en su radio Ovación, casi nueva en el dial por entonces, las Tertulias Taurinas que hasta ese momento mantenía en otra señal deportiva, Radio Selecta del también conocido Oscar Artacho.
Con la generosidad que siempre tuvo Micky, en más de una ocasión me invitó a compartir micrófono en su programa pelotero que se emitía previo a la hora taurina de Ovación, y preguntaba con conocimiento y fundamento, los avatares y novedades de la actualidad taurina de aquel entonces. Recuerdo mucho el interés que mostró por la presentación en Acho José Tomás. Me dijo al aire: ¿es tan buena su mano derecha como dicen? a lo que retruqué, cierto es, pero me quedo más con la hondura de la izquierda. Rió. Siempre en los pasillos de la radio comentábamos de toros, siempre tuvo en alguna pared de su casa radial un cartel taurino con el nombre de su padre, y fotos del maestro Rospigliosi con las figuras de la época en que tuvo la suerte y dicha de entrevistar cuando con su hijo, transmitió el mundial de fútbol España 82. Incluso, pude compartir alguna corrida en Acho a su vera, ubicación a la que llegó acompañando, como al menos una vez en feria acostumbraba, a su amigo e hípico como él Raúl Saba.
Micky era también aficionado a los toros, me dijo que por el tema del fútbol y las transmisiones no podía ir a las corridas las veces que le hubiera gustado. Hablando de toros era conocedor y apasionado en sus comentarios, como lo era con el deporte que le inundó la vida.
Por eso, aunque no lo dije en la radio ayer porque desconocía cuando salí al aire que ya había partido de este mundo, lo recuerdo desde esta tribuna a esta hora y mañana lo haré por las ondas de su casa Ovación, en la que cálidamente nos recibió. Ahora te toca a tí Micky, conversar largamente con las figuras de antaño que están en la barrera del cielo, y al alimón, con tu padre recrear la historia del toreo en azul. Descansa en paz, caballero honesto del periodismo. Tu que por tus ideas e inclaudicables principios morales te enfrentaste al sistema y caro lo pagaste. Pero todo lo que hoy asquea al fútbol peruano, fuiste tú quien tuvo la valentía de gritarlo insistentemente hace más una década atrás. Vuelta al ruedo imaginario y en clamorosa Ovación taurina. Así te conocí y así te quiero recordar Micky, descanza en paz.