Por Víctor Zar
Hemos tomado este extracto de Antonio Caballero (Toros, Toreros y Públicos) que resumen la variedad que muestra la fiesta en cuanto a los toreros. Interesante punto de vista.
"Los toreros, en cambio... También hay muchos, es verdad: centenares, contando sólo los matadores de alternativa, sin incluir novilleros ni niños becerristas. Pero también es verdad que últimamente todos son iguales —cosa que se ha dicho siempre—. Sin embargo, lo cierto es que todos son distintos. A nadie se le ocurriría comparar, por ejemplo, al mágico y místico torero gitano Rafael de Paula con el vulgar torero colombiano Over Fresneda, “Gitanillo de América”, que ni siquiera es gitano. Parecería que los dos se dedicaran a actividades diferentes, como pueden ser, digamos, la poesía y el circo. Pues todo cabe en los toros, de la poesía al circo.
Y hay toreros gordos, y hay toreros flacos. Manolete era muy flaco y en el siglo pasado tenía muchísimo éxito uno que se llamaba “el Gordito”. Toreros fortachones, como Paquirri o Paco Ojeda. Toreros debiluchos, como Antoñete. Toreros muy altos, como Jesulín de Ubrique, o muy bajitos, casi enanos, como Diego Puerta o Miguel Mateo, “Miguelín”. (Hay además enanitos toreros propiamente dichos). Toreros barrigones, como Curro Romero; culones, como Curro Vázquez; cabezones, como el Viti; con muchísimo pelo, como El Cordobés, o calvos, como Rafael el Gallo; muy feos, como Dámaso González, o con carita de querubín, como Enrique Ponce; rubios, como Pepe Luis Vásquez; negros, como Morenito de Maracay. Hay de todo".
CABALLERO, Antonio.
Toros, Toreros, y Públicos
Hemos tomado este extracto de Antonio Caballero (Toros, Toreros y Públicos) que resumen la variedad que muestra la fiesta en cuanto a los toreros. Interesante punto de vista.
"Los toreros, en cambio... También hay muchos, es verdad: centenares, contando sólo los matadores de alternativa, sin incluir novilleros ni niños becerristas. Pero también es verdad que últimamente todos son iguales —cosa que se ha dicho siempre—. Sin embargo, lo cierto es que todos son distintos. A nadie se le ocurriría comparar, por ejemplo, al mágico y místico torero gitano Rafael de Paula con el vulgar torero colombiano Over Fresneda, “Gitanillo de América”, que ni siquiera es gitano. Parecería que los dos se dedicaran a actividades diferentes, como pueden ser, digamos, la poesía y el circo. Pues todo cabe en los toros, de la poesía al circo.
Y hay toreros gordos, y hay toreros flacos. Manolete era muy flaco y en el siglo pasado tenía muchísimo éxito uno que se llamaba “el Gordito”. Toreros fortachones, como Paquirri o Paco Ojeda. Toreros debiluchos, como Antoñete. Toreros muy altos, como Jesulín de Ubrique, o muy bajitos, casi enanos, como Diego Puerta o Miguel Mateo, “Miguelín”. (Hay además enanitos toreros propiamente dichos). Toreros barrigones, como Curro Romero; culones, como Curro Vázquez; cabezones, como el Viti; con muchísimo pelo, como El Cordobés, o calvos, como Rafael el Gallo; muy feos, como Dámaso González, o con carita de querubín, como Enrique Ponce; rubios, como Pepe Luis Vásquez; negros, como Morenito de Maracay. Hay de todo".
CABALLERO, Antonio.
Toros, Toreros, y Públicos
