Nacido en Córdoba un 4 de julio 1917 tierras de califas omeyas y del Toreo Grande, vitola otorgada por el pueblo Taurino, con ascendencia toda en raíces de toreros, no tenía otra opción según dijo que vivir 'en el insufrible mal del toreo'.
Tomó la alternativa en SEVILLA con triunfo rotundo por el año 1939 un 2 de julio y en apenas en 3 meses la confirmó en MADRID y la leyenda empezó.
CÓRDOBA LO ALUMBRÓ, SEVILLA LO LANZÓ Y MADRID LO ENCUMBRÓ
"No me escapo ningún año de pagar mi contribución de sangre pero, gracias a Dios puedo decir, que con mucha suerte" lo dijo a consecuencia de su último paso por MADRID donde fue cogido -25 cms- el 16 de julio de 1947 y en una benéfica que no cobró. Entre otras y en ese lapso toreó en Santander y no en Bilbao porque su apoderado no llegó a un acuerdo y el público norteño se lo increpó. Decía Manolete "convengo en que la fiesta es de por si chillona y pasional pero ¡caramba! Es demasiada pasión la que sólo se calma cuando me ve camino de la enfermería'
Y esa gracia de Dios, la que llamamos suerte cambió para él que hasta ese momento había despachado 18 miuras en su corta carrera.
Venía de San Sebastián donde se despidió de su madre que iba a pasar allí el verano, toreó en Santander llegó el 28 de agosto para torear en Linares.
Desde que empezó la temporada venía diciendo a sus amigos que ya estaba cansado de la exigencia del público y que sentía que ya no podía dar más como ellos exigían.
Y fue aquí en Linares, donde hoy me encuentro, que aquel 28 de agosto alternando con Gitanillo de Triana y Luis Miguel Dominguin, fue herido por Islero de Miura, segundo de su lote. Paso equivocado en el camino a la enfermería que hubo de rectificarse, segundos valiosos, pues el reguero de sangre era impresionante, fue operado por el Doctor Garrido y después de unas horas llevado en camilla y a pie al Hospital de Los Marqueses. Llegado el nuevo día, alrededor de las 5 de la madrugada, tras el plasma traído de MADRID y porque ya no iba a resistir su cuerpo más transfusiones… él, que había despertado, recordó a su madre -que disgusto le voy a dar- dicen que dijo; dio una calada a un cigarrillo y al poco rato dijo 'no veo, Don Luis, no veo". Y así entró Manolete a su corrida infinita… la de LA GLORIA DEL TOREO Y LA LEYENDA
Soy Magaly Zapata desde Linares porque en este año que se cumplen 75 de la muerte de Manuel Laureano Rodríguez Sánchez MANOLETE quise dedicárselo, conocerlo, entenderlo, valorarlo y reconocer su real, honesta, única, auténtica y verdadera dimensión de Torero de su época y de todas las que vinieron después porque marcó un quiebre estructural en la historia de la tauromaquia. El gran arquitecto del toreo moderno.
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Datos libro Manolete Vida y Tragedia
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