Desde España nos jalean ¡despierta PERÚ taurino carajo!
Sentados no moveremos conciencias ni demostraremos que tenemos derechos y nos deben respetar. En las calles como con leyes.
Nos estamos jugando nuestra identidad y la libertad de ir a los toros por un animalismo mal entendido que obedece a intereses y negocios de otras culturas que no entienden el atavismo y territorialidad del Toro Bravo ni el conjuro mágico de una muleta en manos de la racionalidad con el respeto intrínseco al amor por el animal.
Ellos mueven la sensiblería barata y nosotros no movemos nuestra conciencia para ponernos de pie y tomar las calles.
Tenemos una ÚLTIMA OPORTUNIDAD el 20 de febrero para demostrar que somos mas de cinco millones de cultores de la tradición taurina.
A ver si estamos a la altura de nuestra circunstancia histórica.
