Enviado desde mi iPhoneOtra vez hemos podido ver pupilos de la ganadería ayacuchana Villa Graciela en Lima. Esta vez se tentaron dos becerras.
Fue ayer en La Esperanza y en muleta de Emilio Serna que aprovechó la nobleza de la primera y aunque fue más largo por el derecho se le vio más cómodo en cercanías donde enroscando la embestida corta por naturales la cuajó porque su virtud por ese pitón fue la obediencia al toque y su fijeza.
La segunda, más pequeña pero más encantada, trasmitió y se entregó por bajo, muy al estilo de aquel novillo cuarto de Pachacamac semanas atrás. Fijeza, repetición, humillación, galope y transmisión condiciones de bravura que va encontrando el ganadero Gabriel Prado entre sus pupilos.
Repasó el torero aficionado y cronista taurino Pablo Gómez de Barbieri.
Pronto un reportaje en Pasión Fiesta y Tradición por Panamericana TV los sábados en la #medianochetaurina
