De entrada, Julián López El Juli no ha vuelto la cara a dos tardes en Pamplona. No todas las figuras, reales o ficticias, pueden decir lo mismo.... No defraudó Curro Díaz en el primero. Clase y torería en el jienense. Manejabilidad y falta de entrega en el de Victoriano. Pellizco y duende de quien no debió pinchar... No parecía fácil el segundo, por vulgar y deslucido. Y esa es la magia de Julián, que de un medio toro hace faena. Toques sutiles, temple medido, colocación y, cuando es necesario, la salida airosa del momento de apuro...
Bien Perera. Muy bien con el tercero, violento y exigente. El de más transmisión del festejo. Quietud de quien lo tiene claro...El cuarto resultó ser complicado. Se llevó el peor lote el jienense. De media embestida y con la cara alta, no dio muchas posibilidades al buen toreo que atesora Curro Díaz...ugó con un toro posible al que sacó todo su jugo... Verle a Julián poner la muleta, tirar de ella, mandar en la embestida y sacarla por abajo para ponérsela de nuevo es de fácil digestión. Observar el pulso, el temple, el toque que provoca el recorrido, el juego de muñeca y la capacidad para a golpe de compás colocarse para el siguiente, es un deleite para la inteligencia. Se llevó las dos orejas quien rotundo enterró la espada... (Perera) Mala suerte de quien se llevó el mejor (el tercero) y el peor (el sexto) de una tarde en la que Julián López El Juli pegó otro gran golpe.
Por Moncholi, las Clavez, Burladero.com
