Firmó hoy una buena faena de dos orejas y cuajó una gran tanda al natural muy encajado a un extraordinario por bravo y encastado toro de Jandilla que hizo tercero.
Vendió cara su muerte de bravo y tras la unánime y estentórea petición de indulto no concedido por el palco, LEGULEYO que así se llamó, se fue andando a los mismos medios del ruedo para doblar. Fue ovacionado clamorosamente cuando le concedieron el premio póstumo de una vuelta al ruedo.
Esta es la única y auténtica muerte de bravo, no aquella en la que demora en doblar al hilo de tablas. Apuntado queda. Y cierto es que verlo me emocionó. Me quedó la intriga de saber por qué el ganadero no salió a pedir un indulto que según declaraciones le hubiera gustado. Al menos en imágenes televisivas no se vio.
Otra oreja cortó el peruano en el sexto al que recibió en la puerta de toriles inusual en su repertorio. Manzanares cortó una del primero y Talavante se fue de vacío dejando patentes sus ganas pero sin opciones con su lote.
Roca Rey fue llevado a hombros hasta el hotel.
