Si el tercero fue agradecido este no. Mismo torero. Aguado. Misma calidad en sus muñecas para mover los trastos. Y lo que en su primero fue de exquisitez porque con el mimbre no tan bueno hizo orfebrería, con este aunque lo intentó el toro no quiso o no pudo. Porque no tuvo entrega, no tuvo calidad, no tuvo bravura, acaso justa su casta porque tampoco tuvo fuerza. De los que antiguos revisteros decían 'esaborio'. Silencio.
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