viernes, 24 de agosto de 2018

Rotundo Roca Rey firma la rendición incondicional de Bilbao

Un toraco con tremenda arboladura cuajó por abajo Roca Rey en Bilbao.  Donde el toro lo es con mayúsculas, y dicen que pesa más y no solo por su romana sino por su tamaño y por ser en agosto, mitad pasada de temporada y un mes donde las figuras torean casi a diario cruzándose la piel de toro de lado a lado de la geografía española y francesa.

Hoy firmó con firmeza y toreo grande la rendición de Bilbao.  

MT. 

Decía el filósofo alemán Friedrich Hegel que 'nada grande se había hecho en el mundo sin poner verdadera pasión en ello'. Que le pregunten a Andrés Roca Rey. Puerta Grande en Vista Alegre. Esta tarde en Bilbao puso esa dosis de fe ciega que mueve montañas para invertir el sino de las Corridas Generales 2018. Tres tardes sin rescate posible en el paraíso de la memoria. La una detrás de la otra. La cuarta en ciernes. Porque salió de chiqueros una 'escalera' muy desigual -algunos sin trapío para Bilbao- de Victoriano del Río, Toros de Cortés (1º y 4º) y el sobrero (2º) de Encinagrande, que sólo permitió ver a Sebastián Castella en su exigente primero y convirtió la sustitución de José Garrido, sin una tajada de bravura que llevarse a la boca, en pólvora mojada. Quedaba el último cartucho. Y no era de fogueo. Entonces, volvió a surgir Roca Rey para reventar Bilbao. Le tuvo fe ciega a un sexto que, tras el inicio volcánico por estaturios, buscó excusas de todos los colores para rajarse. El peruano lo 'empapó' de poderosa muleta y le formó un lío con toreo caro, de mano baja y henchido en hondura, al natural, primero. En redondo, después. Ante semejante arsenal, Matías no sacó bandera blanca, sacó los dos pañuelos, del tirón. Incontestable, Roca Rey. Creyó y triunfó. No hay quién le pare.

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Bilbao. Viernes 24 de agosto de 2018. Séptima de las Corridas Generales. Toros de Victoriano del Río, uno de Encigrande (2º bis) y dos (1º y 4º) con el hierro de Toros de Cortés, desiguales de presentación en su conjunto, algunos como el quinto no debieron saltar al ruedo. Mansos y deslucidos en líneas generales. Sebastián Castella, saludos tras aviso y silencio; José Garrido, palmas y saludos; Roca Rey, saludos tras aviso y dos orejas tras aviso. Entrada: Dos tercios de plaza. Destacó en el segundo Manuel Larios y Rafael Viotti en el cuarto.  






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