jueves, 20 de junio de 2013

Aguilar relata los duros momentos del percance a Campuzano ayer

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La Razón por I. del Prado. Madrid.

"Una experiencia muy desagradable para olvidar cuanto antes". Así recuerda el matador de toros Alberto Aguilar el percance sufrido en la tarde de ayer por su apoderado, José Antonio Campuzano, cuando un toro de la ganadería de Fuente Ymbro lo arrolló con violencia provocando una fractura en la encía, la pérdida de varias piezas dentales y un corte "de oreja a oreja" que, por suerte, no ha tocado ni arterías ni vasos importantes y, aunque con los lógicos dolores, ya ha pasado a planta.



"Ha pasado la noche tranquilo en reanimación y bajo observación en la planta de cirugía del Hospital de Jerez de la Frontera, ya está controlado y fuera de peligro, esta mañana le pasaron a una habitación; le están dando muchos calmantes y ahora está más relajado, porque ayer sí tenía mucho más dolor, pero él está animado y, aunque no puede ni le dejamos hablar, ya me ha dicho como ha podido que está bien", explica el torero madrileño.

"Me ha insistido en que me vaya a casa a descansar que toreo el sábado y el lunes tengo que viajar a América, pero que no tenga duda de que en Pamplona ya estará conmigo de nuevo en el callejón", explica el diestro. Palabras esperanzadoras después de que en la tarde de ayer se dispararan todas las alarmas en la finca gaditana propiedad de Ricardo Gallardo.

"El toro se escapó cuando abrimos para que entrara el picador, lo metí con el capote hasta la puerta, pero volvió a salirse por tres veces más, José Antonio lo llamó para recogerlo en un burladero, pero no se arrancó y al perderle la cara el animal se fue derecho a por él y lo arrolló, lo lanzó por los aires y en el suelo se ensañó con él, se lo quería comer, en ese momento, le rajó con la pezuña todo el cuello y le pegó un golpe muy fuerte con la pala del pitón que le destrozó la boca", recuerda Aguilar en un estremecedor relato de los hechos. Por suerte, el joven novillero "Roca Rey logró echarle el capote y en cuanto derrotó entre los dos" pudieron quitarle de encima al toro.

"Era un animal muy fuerte, de 600 kilos, pero que, por suerte, estaba muy afeitado, es más, como estaría que el propio José Antonio me dijo al verlo que le daban ganas de salir él a torearlo en lugar de dejárselo para Alberto, pero el infortunio hizo que le hiciera hilo nada más perderle la cara y el animal le metió un primer porrazo en el pecho muy fuerte, del que se quejaba bastante, y luego ya la paliza en la boca y el cuello por los pisotones con las pezuñas", explica el ganadero Ricardo Gallardo.

"Fueron momentos muy tensos, porque todos nos asustamos y aparecen los lógicos nervios, le metimos rápido en un coche para llevarle hasta San José del Valle y, desde allí, tras hacerle una primera exploración fue trasladado con urgencia hasta Jerez, de dónde salió al encuentro otra ambulancia, UVI móvil, con un equipo mucho más preparado para atenderlo", recuerda el máximo responsable de Fuente Ymbro.

Afortunadamente, todo ha quedado "en un susto tremendo". "Milagrosamente sólo un susto, porque la situación fue muy fea, de las peores que me ha tocado vivir, y el corte era muy desagradable y aparatoso", recuerda contrariado.

"El maxilofacial ahora tiene trabajo por delante y a José Antonio aún le espera otra intervención para reconstruir la zona, aunque será dolorosa, saldrá adelante sin ningún problema, que es lo importante" de una situación que, "vuelve a demostrar que el torero, aunque se retire y se corte la coleta, sigue siendo torero hasta que se muere".