Al cierre
de la segunda de abono de la Feria del Señor de los Milagros que transitaba ayer
su 1º de 3 fines de semana me vi desandando el patio de cuadrillas, del
callejón al patio de Sol, inédito en nocturnidad, para esperar la salida a
hombros de Jesús Enrique Colombo. Verlo pasar aupado y oír retumbar el ¡torero
torero! del gentío que lo esperaba y ver la nueva y hermosa puerta grande
abrirse por primera vez para para que un torero la cruce se sintió como ser
parte de la historia de nuestra querida catedral del toreo de América.
El
venezolano fue el único que tocó pelo, y aunque 1 y 1no hacen justicia -en su
primero debieron ser dos, sólo la espada valía 1, y vuelta al toro que lo
merecía- pudo cumplir el sueño atesorado desde niño, cuando toreaba con El Andi
por los ruedos del Perú, salir a hombros de Acho. Confirmó alternativa el burgalés Morenito de
Aranda que pudo irse a hombros, de funcionar la tizona hasta 3 orejas se
hubiera llevado en el esportón. Una pena. Como lo fue que Alfonso de Lima no
conectara su empeño con el público y lo vimos salir contrariado. El encierro de los hierros de la casa del
ganadero Orlando Sánchez, San Pedro y Salamanca, estuvo a la altura de la
expectativa de un público ávido de ver toreo bueno, bien presentados y
entregados, con nobleza y buena condición para el toreo.
La tarde
empezó con algunos pitos por la demora en el paseíllo. Te cuento que cuando dejé
el patio de cuadrillas para entrar al callejón eran 3.28 pm y Colombo no había
llegado, caminando a mi puesto oigo que la autoridad manda hacer tiempo a los
alguaciles mientras en los tendidos de Sol las matracas sonaban en protesta al
palco. Me enteré que las motos abrepaso del vehículo del torero no fueron
capaces de despejar la ruta congestionada elegida para llegar a tiempo a la
plaza. Anécdota.
Quizás hubo
más de 7 mil almas en los tendidos que dieron el marco especial a esta tarde
que quedará señalada en la historia de Acho. Ver los tendidos casi llenos bajo
la hermosa corona de arcos, antiguos maderos que le dan un perfil singular al
tiesto de arena, sentirlos rugir en oles viscerales que remecen sus machones es
gloria bendita. La tradición sigue viva en su más pura esencia.
Y eso
sucedió desde que se abrió de capa Morenito de Aranda con el Rufián 549, cuando
meció las verónicas, enjugando las embestidas del toro con el percal hasta cruzar
las rayas. Lo que es llenar un escenario con torería y buen toreo, despacio y
suave, natural, muy natural. Así toreo
el burgalés ayer. Bien recetada la vara de Díaz y Alonso con los palos fue
ovacionado. Tras la confirmación se trajo al toro a los medios desde tablas con
la muleta en la diestra templada. Acho empezó a rugir. Faena con mando y compás,
con ritmo en la embestida y colaboración del toro que se entregó templado, los
naturales con los vuelos y en redondo fueron un primor, por la torería, por el
sentimiento, roto el torero en su sentir porque estaba cuajando una gran faena
y vaciando su esencia, desmayo en las muñecas, abandono del alma en el redondel
de arena en una plaza que dijo era mágica para él. Y llegó la hora de la verdad, y fue tanta y
tanto el peso del acero que nos bajó de levitar a la realidad, la espada hizo
guardia, cual sable al cinto, asomando al lado derecho del burel, otro pinchazo
y entera. Ovacionado el castaño de San
Pedro al irse arrastrado y cerrada la ovación que recibió el burgalés montera
en mano en los medios.
Con su
segundo, un jabonero de nombre Cocinero 792, engatillado, bonito, su poca
fuerza condicionó la faena, media altura para sujetar la entrega y clase para
embestir a del toro. Primero un torero doblón con la diestra y tirar de él para
sacarlo con tiento y sabor hasta las rayas donde cuajó otra faena importante,
lo llevó muy embarcado y bien toreado, suave, a compás y me llegó el recuerdo
de palabras que el Maestro Manzanares El Grande me dijera una vez: El toreo se
hace a ritmo y a compás. 20 años de alternativa trascienden cuando se trata de
estar siempre bien colocado para el embroque pronto con el toro y lució más
porque no dejó que tropezara el engaño ante el calamocheo final. La espada en
guardia otra vez, otra oreja que se esfumó y la celebración de puerta grande
por los 20 años confirmados ayer, aquí, también.
Ni de cal
ni de arena fue la tarde de Alfonso de Lima que tras el padrinazgo se topó con un
Consentido 796 que se iba suelto del capote y el saludo fue de lances aislados.
Bien la vara de Cahuantico pero el caballo no responde. Bien el tercio de banderillas ejecutado por Aldair
López ‘Rufo’ en su primera corrida que torea en Acho, con sus pocos 20 años se
atisba su gran futuro para la fiesta, y Ronald Sánchez, que hizo disfrutar con
su andar garboso antes de parear. El mejor tercio de la tarde. Por derecha y por
izquierda hizo todo bien el limeño, templó, cuidó, mimó ante la escasa fuerza,
no quiso someter, fue jaleado, hasta una tanda de naturales recolocándose que
empezó alguien a pitar, se dejó ver, fue desarmado, insistió con la diestra, se
rompió el silencio. Estocada casi entera
arriba. Silencio. El otro de su lote se iba suelto y contrario del capote,
estuvo variado en el quite por delantales y tafalleras. Ovacionado Ronald
Sánchez con los palos. Brindis a su hermano.
La faena se condiciona con la poca duración del toro pero templó las
embestidas a media altura como requería. Algún sector se impacientó y empezaron
algunos pitos, más parecía algo intencionado a incordiar, en esas
circunstancias demoró en abreviar. Pinchó.
Silencio.
Y el que
jugó a ganador esta vez, como siempre, incansable actitud y entrega amén de
capacidad resolutiva, espada inmisericorde incluida, fue Colombo. Digo Ganador porque fue el nombre del 461 con
el hierro de San Pedro la llave que descerrajó la ansiada puerta grande para el
tachirense. La primera en Acho. Tras la
faena al sexto cayó la oreja, segunda de la tarde y cuenta personal. Pero el lío empezó a formarse en el tercero. ‘Brasero’ 501, un bonito castaño mismo hierro,
al que recibió a pies juntos con el capote, desmayando los brazos en los lances
y mecerlos en las verónicas. Empujó el toro en el caballo, se lució en el quite
por delantales. Y enloqueció al graderío con los palitroques, recibiéndolo en
los medios y el super logrado violín desde tablas. Brindis a Tito Fernández. Y
se fue a Sol, estilo Ponce, a faenar. Muleta abajo y buena colocación. Torero
inicio. Dejándola puesta en la cara el toro perseguía la muleta que barría la
arena. Dio pausas, lo sujetó, supo esperar para recibir sus embestidas. Y así
construyó una faena de las más centradas y asentadas que le he visto. El público
deliraba, los oles ardían. Este año que bien está sonando la Banda del Maestro
Oscco Vargas. Echando los vuelos al natural, fueron tres profundos y hondos, el
toro inclinándose al seguir la tela, una delicia. Un estoconazo en la yema y el
pedido estentóreo por dos y con pañuelos, el palco solo dio una. No se ve bien
que el torero toalla en mano salga de tablas a reclamar. Oreja.
Con luz
artificial se consagró a la historia Colombo. Variado con el capote y aunque
pareció algo reparado de la vista, puso los rehiletes y otra vez el loquerío
con el violín, sombrero en la mano del antebrazo operado, pegando un brinco y
giro para que no se lo tope. Embestía soltando la cara por aquello de
acomodarse por donde veía. Trasteó más por derecha, templando y ayudando,
pulseando, sólo un intento hubo con la zurda y se le fue encima, pero al final
lo obligó a tomar uno de pecho en redondo por ahí. Otra vez estoconazo, petición y oreja para la
historia.
Y así fue
que la nueva puerta grande se abrió de par en par para dejar pasar la historia
de Acho, que yo lo vi.
FICHA. Plaza de toros de Acho, Lima. Domingo 19 de
octubre 2025. Segunda de abono, corrida de toros. Hierros San Pedro 1º 3º 6º buenos
y nobles. Salamanca 2º 4º 5º poca fuerza, corto recorrido. Morenito de Aranda (confirmación), saludos y
silencio tras dos avisos. Alfonso de Lima, silencio y silencio. Jesús Enrique
Colombo, oreja y oreja. INCIDENCIAS: Dos
tercios de entrada en los tendidos. Se estrenó la nueva puerta grande de Acho.
ENFERMERÍA: Intervenido en la enfermería
a las 13:00 horas el enchiquerador Víctor Forton Berrocal. El parte médico
señala “Cornada en región inguinal derecha de 20 cm con una trayectoria hacia
arriba y afuera de 20cm con lesión de músculos oblicuo mayor, transverso y
recto anterior del lado derecho. Pronóstico reservado”.