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miΓ©rcoles, 4 de junio de 2025

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TerminΓ³ el mes de mayo con M de Morante

Por Magaly Zapata

El mes de mayo se viviΓ³ con M de Morante. De inicio a fin, su arte se cantΓ³ y contΓ³ desde Sevilla a CΓ‘ceres con el cenit de Madrid y abriΓ³ junio de manera incontrastable.  Los toreros artistas, aquellos que pellizcan el alma cuando expresan, rara vez mantienen la consistencia en su agitada temporada. Su lΓ­mite no es tΓ©cnico, sino Γ­ntimo, ponerse a prueba con el valor consciente de cruzar la raya al toro cada tarde. 

Morante lo hace, mucho mΓ‘s de lo que en su momento hicieran Rafael y Curro como referentes histΓ³ricos y cercanos, siempre que perciba que su creaciΓ³n, con entrega y exposiciΓ³n ante el peligro y la muerte, encuentre el fundamento de casta y bravura para que aquello se eleve. Tiene la capacidad y lo sabe. Un artista no desperdicia el sentimiento.  

Por eso el arte de Morante es diferente, y no deja indiferente a nadie. Conjuga el arte de lidiar toros y el torear.  Somos cuerpo, mente y espΓ­ritu, y cuando se quiebra la arista de la mente, el equilibrio se resiente, el cuerpo duda, el alma se repliega y el arte mΓ‘s hondo pierde su cauce. Fueron 210 dΓ­as de silencio, de sombra, de ausencia hasta su regreso el 29 de marzo en Almendralejo. 

Morante logrΓ³ volver desde esa grieta con su toreo como testimonio pues quien regresa del abismo, torea con otra verdad. Sevilla: Dos orejas el 1 de mayo, lecciΓ³n de valor, calidad y maestrΓ­a lidiadora a un manso; 5 de mayo, oreja con el peor lote; 9 de mayo, compendio de tauromaquias en su genialidad ante dos claudicantes; Bronca en Valladolid por lo que no pudieron ver sus acΓ³lito y no por su culpas; Oreja de esfuerzo en Talavera de la Reina; en Jerez el de La Puebla corta tres orejas y un rabo a los cuvillos pero el  cenit llegΓ³ el 28 de mayo en la Corrida de la Prensa en Madrid, un aΓ±o ausente, para firmar con el buen “seminarista” de Garcigrande su mejor tarde en Las Ventas. Lo cuajΓ³ con cadencia, suavidad, temple, naturalidad y gusto, con capote y con muleta, pero sobre todo con sentimiento, mucho sentimiento. Solicitud de trofeos no atendida por un palco insensible a la historia. En CΓ‘ceres el viernes 30 retomΓ³ ruta, oreja a los detalles de torerΓ­a; 31 en Ávila, faena de poso, que le valiΓ³ dos trofeos; y en Aranjuez el domingo 1, abriendo junio, desatΓ³ el delirio, tres orejas y a hombros. 

No es moneda comΓΊn que un excelso artista del toreo se lleve en el esportΓ³n 6 orejas en tres dΓ­as. No importan los nΓΊmeros, pero son referencia de su arte lidiador. Importa la esencia. 28 aΓ±os de alternativa por cumplirse el 29 y de regreso de las tinieblas su toreo tiene hoy otra hondura. 

SΓ³lo quien ha bajado a sus propios abismos ya no torea por estΓ©tica, sino por necesidad: para decir lo que solo el arte —y su gesto— puede expresar.  Un torero profundamente inspirado en lo estΓ©tico, lo trΓ‘gico y el toreo como filosofΓ­a de vida; lleva la tragedia de Gallito y Belmonte en sus venas, uno soΓ±Γ³ con la perfecciΓ³n, el otro con el abismo. Morante camina entre ambos.  

M de mayo, de Morante, de melancolΓ­a, de mΓΊsica callada.  Fueron 210 dΓ­as sin torear, proceso espiritual de purificaciΓ³n interior, dolorosa, quizΓ‘s necesaria para revelarnos su verdad en la esencia mΓ‘s pura: La verdad del toreo.