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lunes, 16 de junio de 2025

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Interesante editorial de Mundotoro donde se incide en aspectos que tambiรฉn desgajรฉ sobre Morante y su estado en el toreo pero va mรกs allรก tirando del "hilo del toreo" trazado el escritor Pepe Alameda hace aรฑos en sus libros.   

Separando el toreo fรญsico de aquel del alma, de la esencia.  Tรณmate tu tiempo y entra a sus entraรฑas que te dejarรก aristas que matizar y valorar.  

No es que uno sea mejor o peor, es diferente y lo matiza pues  la comparaciรณn  es con quien hoy ostenta el bastรณn del mando (por aquello del "Papa del toreo") que agrega "del mando toreo fรญsico".  

Y surge la valoraciรณn histรณrica pues  es en pleno reinado de  Roca Rey en la contemporaneidad  una vez ido El Juli y Ponce, que Morante renace,  ha renacido de sus cenizas o debiera decir han sido sus cenizas de arte atemporal las que han vuelto a la vida.  Una vez mรกs el torero salvรณ al hombros  para que habite entre nosotros. Y nosotros volamos en el ditirambo entre lo etรฉreo y lo fรญsico. Porque, no hay dudas, que Morante hace que lo fรญsico, el toreo fรญsico, sea etรฉreo.  Quintaesencia.  

Editorial del lunes 16 de junio de 2025


Tras el liderazgo de El Juli, y ya durante su mandato, el hilo del toreo que Pepe Alameda literalizรณ en su obra (El Hilo del Toreo y, antes, Los Heterodoxos del Toreo) se habรญa decantado por un toreo de ‘moderna’ educaciรณn taurina y torera. Del toreo de poder de El Juli, el รบltimo que se ha ido sin que le echen, el hilo del toreo lo habรญa tomado, en mando de ley y ley bien ganada, una vuelta de tuerca de ese torero de ‘poder’, el toreo fรญsico: Roca Rey. Un toreo de evoluciรณn difรญcil hacia los caminos mรกs depurados. 

El de El Juli era (es) un toreo tan poderoso como dรบctil y flexible, evolutivo y sagaz. El de Roca pareciera que se inmoviliza. Y en รฉstas, y desde hace aรฑos, llega Morante, recuperando para el hilo del toreo el bien hacer del toreo culto. Entendido este como el toreo de educaciรณn torera, que es tan poderoso como el que mรกs y mรกs expresivo que ninguno. Todo es necesario y vital para potenciar socialmente a la Fiesta, que ha vivido mรกs en taquilla de los toreros poderosos que de los ‘de arte’. ‘Lo fรญsico’ es implacablemente regular con todo tipo de toros. Lo sutil y torero naufragaba histรณricamente frente al toro de mal embroque. 

El mantra histรณrico de la dicotomรญa falsa de ‘toreros de arte y de valor’. El toreo actual, basado en el poderรญo fรญsico, solo necesita movilidad con o sin inercia, desde distancias que asuman el paso veloz hasta las mรกs cortas, que desplazan al toro desde cerca. El otro toreo necesita mรกs del toro. Pero, en รฉstas, llega Morante: un toreo de bien hacer torero, culto en el sentido de tener una gran cultura taurina y torera. Y llega con un torero mรกs reunido que el fรญsico, mรกs poderoso que el fรญsico, mรกs aplomado que el fรญsico, mรกs torero y… la clave, con una regularidad inรฉdita. Histรณricamente inesperada en ‘los de arte’. Ni existen los toreros de arte ni existe el arte con regularidad. Existen toreros con arte, que parten del grupo de los toreros bien mamados en hilo del toreo No hablamos de la regularidad del arte ni de un torero ‘de arte’. Ni existen los toreros de arte ni existe el arte con regularidad. Existen toreros con arte, que parten del grupo de los toreros bien mamados en hilo del toreo. 

Es innegable que en Morante vive un don torero. Hay gente que tiene el don de canto, del compรกs de lo bien bailado, el don de escribir o pintar. Es lo que Lorca llamรณ el duende (no confundir con el ‘pingรผรญ’). Es algo innato (lo que tiene Morante no aprendido) puesto a disposiciรณn del toreo. Es intransferible y con antรญdoto para la copia. Pero muy trabajado. Morante le quitรณ al ‘duende’ su tendencia a sestear, a ser vago. Y coloca el ‘duende’ en el toreo mรกs poderoso que ninguno. Histรณrico. El toreo en su ida (¿o huida?) hacia adelante, en su evoluciรณn vital, habรญa concedido el mando y liderazgo y hasta la referencia de los nuevos a un toreo en donde se permite la deformaciรณn o postura exagerada del cuerpo, siempre y cuando no se deforme el ‘planchado’ de la muleta. Para entenderlo, proponemos el siguiente ejercicio. 

El de visualizar un trozo de toreo, de capa o muleta, eliminando una vez el cuerpo del torero y en la otra la muleta o capote. Si eliminamos el cuerpo, viendo solo el engaรฑo, gana mucho el toreo fรญsico, pues la muleta se ve lisa, planchada, limpia. Si hacemos el mismo ejercicio, pero eliminando la muleta y visionando solo el cuerpo, en el toreo fรญsico el cuerpo parece hacer cosas extraรฑas a lo torero. Quiten al toro y quiten hasta la muleta a una serie de Morante o a un lance de Morante, y se sigue reconociendo el toreo en lo bello y lo emocional. De tal forma que, hoy, sin ver el rostro o eliminando al toro imaginativamente, viendo solo cuerpo o muleta, reconocemos a Morante y, sobre todo, sentimos el toreo como si hubiera toro en esa visiรณn sin toro. 

Hay gente que no necesita firmar un cuadro o un texto para ser reconocida, como hay gente que no necesita firmar un texto para ser reconocida su autorรญa. El mantra de la necesidad de ‘ese toro’ necesario para Morante caducรณ definitivamente Al toreo fรญsico no le entra en la cabeza que se torea con la muleta, pero desde el cuerpo. Y, si nos apuran, se torea con el cuerpo a travรฉs de la muleta. Y si nos apuran mรกs, se torea con el alma desde el cuerpo y a travรฉs de la muleta. Y si alguien lo duda, que mire de nuevo el quite en Las Ventas, a cuerpo limpio, con el vaso asido con la yema de los dedos, codilleando por bulerรญas y a compรกs en el giro que burla sobre las piernas, para cambiar la trayectoria recta del toro que hacรญa hilo con el banderillero hacia las tablas. En el arte, y para que el toreo sobreviva siglos hacia adelante se necesita arte torero, el fondo (la intenciรณn de cรณmo quiero torear) es absolutamente a compรกs de las formas (cรณmo se expresa esa intenciรณn). 

El toreo fรญsico puede prescindir de las formas al buscar el ‘resultadismo’ en su toreo. El toreo fรญsico aplica lo fรญsico a esa fรญsica compleja de esos toros a contraestilo. Es mรกs, luce bรกrbaro con el toro de menos ritmo y reducciรณn. Apabulla y muestra un derroche de virtudes y dominio casi sin importar la condiciรณn del toro. Por eso manda y lidera y abandera la vitalidad de los pรบblicos del toreo. El toreo fรญsico no defrauda. No sรณlo no defrauda, sino que anima a una nueva compra de la entrada porque su precio estรก bien pagado: la garantรญa de no defraudar es porcentualmente enorme. Ese toreo y esos toreros son absolutamente necesarios. Las grandes figuras del momento (de su momento) son vitales para el toreo. Otra cosa es ser figura en todos los momentos y tiempos. El toreo fรญsico llena y empacha en pocos aรฑos y busca en otro toreo esa comida que llena. 

El otro toreo llena de otra forma y llena toda la vida. El bastรณn de mando del toreo cambia de manos. El mantra de la necesidad de ‘ese toro’ necesario para Morante caducรณ definitivamente. Es un bulo. Con el aรฑadido de que siempre visualizarรก su fragilidad humana y torera. El cuerpo menos atlรฉtico, la mirada mรกs expresiva en lo humano, la ausencia de impostura: transparencia de alma. Es mรกs creรญble, provoca mรกs afecto, entra en el ecosistema histรณrico de los genios del mundo del arte de vida atormentada. Los enloquecidos porque les habita el duende. El duende es perezoso, poco dado al trabajo. Y suele dominar al torero que habita. A Morante, no. Le basta ya, frente a muchos tipos de toros, tomar su decisiรณn en el momento. Por eso Morante supera a lo fรญsico y le arrebata el bastรณn de mando. Torea a compรกs de su รกnimo, intenciรณn y voluntad. Es un toreo mรกs libre. Por tanto, tambiรฉn, un torero mรกs libre.