Cerrojazo en Acho con Sebastián Castella y Roca Rey a hombros
Acho vivió una de sus más bonitas tardes de los últimos años, una tarde con duende, eso fue, de las que se sienten y se atesoran, en la retina y en el corazón, que tamiza y deja la esencia de un encanto inefable, qué difícil describir, y que empezó hace poco más de 3 meses, con esperanza en La Esperanza y no defraudó. La feria fue in crescendo, a más.
Y en este cierre se sentía en los patios de Sol y de Sombra algarabía por el presagio de algo grande; Lima sabe, Lima conoce, Lima tiene memoria taurina. Lima siente, Lima aquilata y se entrega. 3 toreros 3 conceptos: el de entrega y finura en los vuelos, el del artístico empaque torero y aquel otro poderosamente arrollador. Esencias del insuperable cartel del 17 de noviembre 2024 que cerró feria con Castella, Manzanares y Roca Rey.
Y por eso Lima llenó su histórico escenario, de vida, de entusiasmo y de ilusión, cuando los reaños del alma buscan motivos de redención para seguir existiendo, había que ir por el cambio y se hizo, unidos empujamos el carro con esperanza, con fe que el nazareno nos sostenía en su manto protector. Ese nazareno vistió el torero de Alicante, respeto y devoción, en el nombre del Padre. Impedir no puedo que borbotones de emoción lleguen a usted cuando es la verdad del toreo la que colma y calma. Calma la ansiedad y colma el alma. Nos jugábamos mucho y la verdad nos hizo libres para seguir encontrándonos en esta seña de identidad y tradición. Un himno desgarrador por la libertad, libres seremos siempre y tanto, que cuando retumba y remece los machones de mi Acho del Alma, es el preámbulo de una tarde donde la libertad en su más pura esencia dramática se expresa ante la muerte, trágico rito que aunque la música intenta ponerle alegría, existe y está. Es su esencia. Drama ante la muerte y drama en libertad.Y lo digo porque el cierre de Acho tuvo en las tres muletas esos matices de expresión: la algarabía del olé que ruge como ‘un aria de los 9 do’ levitando en la floritura, hasta el ole gutural que como quejío quiebra la voz, tan seco que parte el alma; o aquel envuelto en mística gregoriana cuando surge como oleada mediterránea, suave y a compás y te desgarra el sentimiento. Cuando Acho ruge, vibra, se entrega no hay parangón en el mundo, arquerías milenarias que cobijan como bella caja de resonancia las vibraciones del toreo caro que trasciende desde la arena hasta el cerro que columbra el arte, ondas sonoras que regresan, ¡ay! es la música callada del toreo que conmueve, que conmociona.
Y aunque los cánones mandan reseñar, prefiero contar. Contarte que lo de ayer fue mágico, que sentimos el toreo atemporal, que disfrutamos el poderío y la entrega, a veces del uy y el ay, que la tarde se nos ponía cuesta arriba. Llegamos al tercero y los figurones, Castella y Manzanares, aun cuando el francés había hecho lo posible con un toro agarrado al piso y el alicantino había sujetado con ritmo, temple y compás al claudicante, una espada tendida y un puntillero desacertado le quitaron trofeo. Turno del peruano, con la cuchilla entre los dientes, sujetó al suelto con su especial capacidad escénica y técnica, chicuelinas y tafalleras y Acho empezó a rugir. Miré para arriba y ¡Qué bonita luce mi plaza cuando el lleno es auténtico de bandera! Como antes, había gente hasta en las escaleras.Vuelvo al tercero, muleta en mano, ¡uy! arrojado inicio de rodillas de Roca Rey en los medios, derechazos y cambiado, los oles llegaban al mar; tras naturales atacando, llegan circulares y la explosión era una algarada popular. Estocada trasera y entera. Unánime petición de dos que el palco hubo de acatar y la vuelta fue apoteósica. Y los figurones tenían que remontar y no irse de vacío. Castella defendía trofeo 2023 y Manzanares mascando por dentro el suyo por derecho del 2016 que no se dio, y salió por cuarto “Novelero” número 242 con 484 kilos, bonitas hechuras del toro y poca furza, Dios que tuvo calidad al embestir por abajo, Castella lo recibió por verónicas pero el remate de larga cordobesa fue un aire recogido de “benlliure”, una escultura. Lo cuidó en varas, gaoneras del ay y se arroja el inoportuno espontáneo a perturbar la condición del toro ¡reclamos a su tierra! Alto impacto, como antes, se lo dejó venir de largo y luego inducir al gentío frenético de algarabía hacia su macizo pero suave toreo con las yemas de los dedos y el corazón en los vuelos de la muleta, conexión divina que templa y detiene el tiempo, todo en un palmo, girando, aguantando, sometiendo, expresando, y Acho vibrando ante el toreo menos estentóreo pero de esencias, el de Núñez tuvo calidad y tiró de raza para sostenerse y colaborar, circulares del delirio, algunos iban por un indulto justamente no concedido, estocada bien sujeta arriba y los pañuelos pusieron dos orejones de oro tras merecida vuelta al ruedo al toro.
Éxtasis total mezclado con angustia y el quinto no fue bueno, tampoco malo, esaborío le dicen, flojito, pero Manzanares fue su norte y su guía. En otra muleta no hubiera sido faena de fino mimbre, de alturas de escapulario, muleta a media altura para que no claudicara, arrebujándose en el embroque, templando con suavidad y despacito, que despacito torea Josemari, los de pecho en redondo eran sugerentes como “el beso de Rodin”, y vaya cambios de mano... trazos delicados en la arena como la espuma de las olas mediterráneas cuando suaves y sutiles acarician las orillas; así surgió su toreo, como acariciando el andar, que no embestir, del Núñez, y así salían los oles de las gargantas, a pellizcos del alma, que retumbaban en su catedralicio empaque torero, vaya faena, citó a recibir para matar y la espada defectuosa por contraria no tuvo premio pero ahí quedará que la sensible afición de Lima en el sumun de su afecto lo obligó a pasear el ruedo, se le espera y se le quiere al torero de Alicante. El sexto otro esaborío no permitió al nacional redondear su tarde pero esa puerta grande ya tenía dueño, Sebastián y Andrés a hombros, alborozo en los tendidos y despedida cariñosa al alicantino.
FICHA: Plaza de toros del Acho, domingo 17 de noviembre 2024, quinta de abono y ultima de feria. Se colgó el cartel de “localidades agotadas” de verdad. Toros españoles de Nuñez del Cuvillo, bien presentados, destacando el juego del 4º, tuvo clase y embistió por abajo, leve petición de indulto no atendida. También destacó el 2º y 3º. Nobles en líneas generales aunque justos de fuerza y casta. Algunos señalados en varas. Sebastián Castella, (corinto y oro) palmas y dos orejas. Jose Ma. Manzanares (nazareno y oro), silencio y vuelta al ruedo obligado por el público. Andrés Roca Rey (grana y oro), dos orejas y silencio. Homenaje y minuto de silencio en recuerdo del empresario taurino de dos siglos don Nazario Villafuerte. Castella fue premiado con el Escapulario de Oro Señor de los Milagros y el de Plata al toro Novelero de Nuñez del Cuvillo lidiado por él en 4º lugar y al que cortó las dos orejas.