Hoy se dio la tienta organizada por el diestro César Bazán El Yeta para matar su gusanillo y a la vez apoyar la ilusión y crear más afición en jóvenes novilleros y becerristas. Se llevó a cabo en las instalaciones de la ganadería Viento Verde, ubicada en San Marcos, Cajamarca.
Por ello invitó a El Fabri que salió con la cierratarde que tuvo muy poca fuerza y se refugió prontamente en tablas. Aún así y con lo que ello es de complicado para cualquier diestro consumado, Fabrizio Rojas estuvo por encima de las condiciones renuentes a embestir de la vaca que sólo quería y lo hizo, apencarse en tablas.
Pero la decisión del pequeño torero pudo más y con actitud y firmeza la obligó a tomar el engaño una y otra vez y a pulso, tirando de ella, templándosela y sobre todo con tiento en el toque y en el trazo y construyó faena, acortando distancias incluso para exprimir lo poco de la embestida que tuvo porque no salía de la muleta pero siempre porfió y ganó.
Contento deberá estar en su bisoñez El Fabri porque se asienta en actitud, maneras y fundamentos a pesar de la pandemia. Y se vio que es profeta en su tierra a la que volvió a torear después de un año cuando lo hiciera en el 2019 abriendo su feria, como un niño que jugaba a torear por intuición y fue cuando lo vi en persona. Hoy lo vi por el streaming y su evolución es evidente. Ya no juega al toro, torea.
Destacar la generosidad de El Yeta en su apoyo decidido a los jóvenes que quieren ser toreros y su apuesta por que el futuro de nuestra Fiesta no pierda ganas ni ilusión en esta pandemia.
Ejemplo a imitar por otros.
CARTEL DE LOS PARTICIPANTES EN EL TENTADERO
