Ayer domingo 9 de febrero 2020 la plaza de toros de Guadalupe en Ica abrió sus puertas después de más de 10 años de no darse corridas con toros de muerte. El honor fue para el portugués a Casquinha y el peruano Alfonso de Lima con novillos de su ganadería El Rosario en un festival que se cerró con toreo cómico.
Más de media plaza cobijada en la Sombra por el abrasador sol del Sur desértico iqueño. Muchos niños entre ellos y entre la gente que por primera vez veia un espectáculo de estas características. Un animal bravo, de casta, que luchó en la arena guadalupana con sus armas sustentadas en su sangre pura raza. Los conmovió el drama de la corrida. La verdad ante la muerte. Y tanto que luego en el show cómico la gente fue saliendo.
Lo que había que ver, y a lo que habían ido, estaba visto. Y a juzgar por la algarabía, la entrega y hasta los pañuelos que afloraron tras el espadazo del limeño que hizo rodar al burel, diferente reacción a cuando hubo derrame en otra mano, volverán.
Y no solo eso. Este quijotesco y romántico esfuerzo de Dilio Galindo, no cayó en saco roto. Hoy al regresar nos comentó que ya habían 6 donados 6 para otra fecha y leí un un post de Pasión Fiesta y Tradición que laramarteños en Ica ya se preparaban para una en 28 de julio. Enhorabuena taurinos. Enhorabuena porque Ica la puerta de entrada al grandioso Sur taurino del Perú ya se abrió y se vislumbra de puerta grande. Ahora si podemos decir con orgullo que Ica nunca dejó de ser taurina.