miércoles, 18 de julio de 2018

Tauropolis: (Re) Aparición y desaparición del José Tomás 2018



Hoy nos despertó la noticia que Algeciras era el único puerto de José Tomás este año 2018.  Privilegio de elegidos, caprichos - si acaso razonados- de Divo.  De un torero de CULTO, así con mayúsculas, de los que ya no hay.  Emergentes, desahuciados, de pelotón, figuras, colosos y mitos, ose de aquellos de leyenda.   Y en este último es que encaja José Tomás con perdón de los muchos otros y figuras que se lo currran, con arte, persistencia y valor, toro a toro, tarde a tarde, día a día, año tras año.   

Dicen de JT que es una farsa, que eso ya no es noticia.  Yo, desde aquí sin saber más de lo publicado, que de 5-6 quedó en 1 corrida, abdico de juzgar, porque a las deidades no se les juzga, se sceptan como dogma de fe.  Religión a la que desperte aquella mañana nimeña del 16 de setiembre del 2012.   Er descreida, peregriné para ver y volví convicta y confesa.   Marcó mi esencia de aficionada, con un antes y un después.  Pero su (re) aparición en Algeciras cual manifestación irreal, surreal o impresionista, de ese ser singular y si me apuran, sobrenatural, mítico, quedará como una visión porque su estancia en el toreo de este año terminó.  Se esfumó. Aparición, desaparición.  Causa y efecto.   Como mago o ilusionista, nos cuenta, se expresa, nos cautiva, nos encandila y en auténtico arte de birlibirloque que decía Bergamín que es el toreo, se va, desaparece. Al menos por este año y hasta nievo aviso.  

Respeto, porque trato de transitar la tolerancia sin abandonar mi expresión, la opinión de contrarios al tiempo que me introduzco en la aceptación de mi fe, ya lo dije, con unción y contrición.  

Así mismo digo, que respeto y no 
comparto, primero porque se falta el respeto un torero y segundo porque su esencia y expresión toreras transitan otro nivel, tanto y tan superior que su alternante en mano a a mano reconoció.   

La esencia del toreo no se cuantifica, se siente.   Puede ser un toro, una tarde, un muletazo, un gesto. Solo eso puede llenar un alma de aficionado y del mismo torero.   Tanto como aceptar la libertad de elegir si torear, cuanto torear, donde torear y hasta cuánto cobrar.  El sitial en  el toreo lo da el toro, hay figuras, colosos y mitos.   Y JT, lo dijo Perera, tiene que ver con su dimensión como torero, hasta donde lo ha elevado.   Dichosos los que pueden ver y sentir.   

Perera dijo: mi admiración por José Tomás tiene que ver con su dimensión como torero, pero también con su compromiso con la profesión, con su forma de entenderla y esa plena libertad que siempre ha marcado la manera de gestionar su carrera. Por eso me quedo con el regusto íntimo de que lo que hicimos, lo que vivimos y el mensaje que le enviamos a los aficionados fue el de la plena reivindicación de la libertad y de la independencia.

Valdelomar en su ensayo sobre Belmonte El Trágico dijo:  No es necesario saber, basta comprender. Y comprender la belleza es ya tan placentero como crearla o poseerla.  Yo humildemente añadiría, comprender la belleza es sentirla, conmocionar pensamientos y sentimientos.  De qué otra cosa se trata el toreo... sino de tener un misterio que contar con cada toro, o sin él, misterio que hace caer nuestra conciencia en ese pozo negro de hondura mágica que nos produce emoción, parafraseando a Sartre.   

Y JT es eso, misterio, magia, hondura, emoción, toreo que fluye con naturalidad, con sutileza, con magia  y encandila a los que son capaces de sentirlo, de emocionarse y conmocionarse.   

Ya lo dijo cuando le habló a Navegante, el toro que casi le quita la vida en Aguascalientes... liarme el capote de paseo para volver a pisar  el terreno de la libertad. La libertad que se siente en el ruedo poniendo la vida en juego, eso si, a cambio de más vida todavía, templando las embestidas despacito, muy despacito... 

Volverás JOSÉ TOMÁS, yo sé que volverás, porque eres un alma libre que se entrega y abandona porque necesita más vida templando al toro.   Volverás JT cuando te falte vida y necesites matar a la misma muerte para seguir viviendo.  Para vivir venciendo.