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La plaza de toros de Acho cumple los 248 años de historia viva del toreo. Inaugurada el 30 de enero 1766 cuenta en cada página de su vida su historia y la del Perú colonial y republicano.
Fue autorizada su construcción en época del Virrey Amat y por 1832 fue cedida a la Beneficencia de Lima quien es desde entonces su propietaria. Rigiendo sus destinos a día de hoy la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Figuras de ayer y hoy han pisado su arena más que bicentenaria. Una estructura que tuvo su remodelación (sin alterara su hermosa arquitectura) más importante por el año 1944-5 para reducir el ruedo a los 60 metros actuales y ofrecer mayor aforo y comodidad a sus visitantes en los 15 tendidos que ostenta.
Esta catedral del toreo de América es la plaza más antigua de este lado del orbe taurino y tercera entre las plazas del mundo, siguiendo a la de Sevilla y Zaragoza.Desde el año 1946 se instituyó en Acho la Feria del Señor de los Milagros en honor al Santo Patrón de la ciudad de Lima. Desde 1947 se concede el trofeo “escapulario de oro” y “escapualrio de plata” que premia al torero triunfador del serial así como al mejor toro lidiado en la feria en jurado conformado según el reglamento taurino de la Municipalidad del Rímac, distrito que alberga el coso.
Rumbo a los 250 años
En dos años cumplirá los 250, lo que nos lleva a recordar aquella Feria del Bicentenario en 1966 que constó de tres corridas de toros y un festival, realizados del 13 al 20 de febrero, con la participación de las primeras figuras españolas don Antonio Bienvenida, don Antonio Ordóñez, Paco Camino, El Viti y El Pireo que estuvieron en la ciudad de los virreyes conjuntamente con las glorias de antaño Cagancho, Armillita, Silverio Pérez , Carlos Arruza y Luis Miguel Dominguín para el festival del recuerdo. El triunfador de la siempre recordada Feria del Bicentenario fue le maestro don Antonio Ordoñez, premiado con el trofeo “torito de Pucará” especial para esa señalada fecha y del que el rondeño señaló al recibirlo: “es el más importante que recibo porque deberán pasar otros 200 años para que otro lo gane”.
fecha tan importante para la historia del toreo, las autoridades y propietaria así como los aficionados tienen ante sí un gran reto para celebrar y conmemorar como manda la historia de la plaza más antigua de la América taurina.
