
Cuando Latoso corneó a Pata Negra la plaza entera fue un solo grito. Las nubes negras de la tormenta se amontonaban en el lado sur, del lado de la bandera. Fue certera. Caballo y jinete se fueron hacia los cielos y salieron del encuadre de la cámara. El toro se ensañó con el caballo y Hermoso de Mendoza, loco de dolor y de rabia, se fue hacia el toro a cuerpo limpio para detener su embestida. Lo logró. Se llevó las manos a la cabeza y no perdió la vista del amigo fiel hasta que salió por la puerta de cuadrillas en una imagen espantosa.Una de las tres palomas que esta tarde hicieron el paseíllo en el programa de mano, levantó el vuelo y en aleteo vertiginoso se posó en el alfeizar de una ventana del patio. Después se acercó sigilosamente.
Del lagrimal del caballo brotaba una gota de agua limpia. La paloma susurró:
Caballito de nácar y terciopelo
esta noche sin luna serás mi cielo.
Caballito de plata con piel de seda
esta noche sin luna serás mi estrella.
