Todo un icono para los venteños cayó herido ayer. Dos cornadas, con dos y una trayectoria, de entre 15 y 20 centímetros se llevó ayer,
Carlos Escolar “Frascuelo” herido de gravedad en los primeros compases de su faena de muleta al segundo de la tarde. El toro le infirió dos cornadas, una en cada pierna. Israel Lancho, en su confirmación, toreó muy bien con la izquierda al sexto, el mejor toro de una corrida muy dura de Cuadri y San Martín. Lancho falló con la espada y perdió, al menos, una oreja. Iván García no se confió nunca con sus toros.
Rosa Jiménez en su blog de El País apunta:
En el otoño de carrera Frascuelo se ha ido a la enfermería con un buen tabaco. Dos cornalones que le habrán dolido más en su alma de torero romántico que en las carnes rotas. Quiso hacernos creer que era primavera, con este tiempo tan loco que nos resfría en la plaza. Vio que el toro medio embestía y tras enseñarle a seguir el paño, pronto citó en los medios y ¡a torear! Primero por la derecha y después, de verdad, por naturales. Todo ello impregnado de una torería con sabor añejo que ya no se estila.Pagó con sangre la osadía y la plaza, entregada entre remates clásicos y cites como mandan los cánones, se quedó sin voz. Fue un caramelo amargo, difícil de tragar.Frascuelo, querido por la afición de Madrid, se fue con un percance a destiempo ahora que roza la senectud.