Por Magaly Zapata
Cómo no podía ser de otra manera y rompiendo su récord de asistencia habitual en festejo menor, nuestra querida sesquibicentenaria plaza de toros del Acho, instalada en aquel lugar elevado desde donde se podía divisar el mar, según definición de su razón en aquellos tiempos y siempre bajo su celoso guardián el cerro San Cristóbal y su cruz de la evangelización, nuestra Acho del alma volvió a vivir y rugió. Rugió con el toreo, cuando los novillos lo permitieron, el toreo de los novilleros que hicieron su presentación ayer domingo 23 de octubre 2022. Primer festejo en reactivación pandémica. A decir del empresario 5,200 localidades vendidas, es una gran entrada.
Y dudas no tengo que más allá del cartel y de haber sido la convocatoria al llamado "día del reencuentro" fue ese el gran motivo de la gran reunión, de la comunión en esta catedral americana del toreo, ante el oficio de un rito de tradición ancestral en nuestra Lima nazarena.
El adentrarnos al centro, fue emoción viva, sentir a nuestro Señor de los Milagros y sus fieles en las avenidas que se adornaban con vivanderas aromando con perfumes de anticucho y turrón de doña pepa y picarones tradicionales, la gente vestida del riguroso nazareno porque él, nuestro Señor de los Milagros Patrón de nuestra fe, seguía expuesto volviendo de sus días de procesión.
Así es Octubre en Lima, mes morado, mes de la tradición. Octubre que en su razon espiritual rinde homenaje a los seres queridos fallecidos. En un mes de Octubre fue la primera salida procesional de nuestro nazareno después del gran sismo que asoló la capital un día 20 de 1687. Y desde entonces los fieles devotos lo acompañan por las calles en mares de fe. Por eso quiso Zeñó Manué, cronista de la página taurina y desde ella luchó porque en octubre se instituyera, como sucede en cualquier capital de país con tradición taurina, una feria en homenaje al santo patrón de la ciudad y por eso desde 1946 Lima tiene su feria en honor al Cristo de Pachacamilla. Y él quiso que volviéramos a peregrinar por sus calles para llegar al templo de arena. Y en octubre, volvimos.
Y así avanzamos lento los aficionados por la avenida Tacna, desde Nazarenas, pasando por la iglesia y santuario de Rosa nuestra Santa Limeña, para llegar a la calle Libertad, mejor nombre no hay porque ella nos lleva -y se nos iba descubriendo desde lejos- a la hermosura de aquel monumento histórico, nuestra querida plaza de toros del Acho, para permitirnos otra revivir en un espacio de libertad nuestras tradiciones.
Que generosa eres. Volver a verte y reencontrarnos los amigos y los conocidos, esos que por habituales nos vemos cada año; los abrazos sin mascarillas se daban a cada paso y los recuerdos de los que ya no están, también. Emoción a flor de piel.
Me puse a recorrerla oteando cada rincón y sus azulejos y placas que dan fe de su historia… privilegio de pocas almas sensibles aunque muchos no entienden y menos, aceptan. La capilla, paso obligado, una oración por los seres que la pandemia nos quitó, en el centro de su altar El Señor de los Milagros y en un vitral San Francisco Solano patrón de los toreros. Patio de cuadrillas, al que caminando llegué transitando el atrio del Sol, patio oscuro y frío, contraste escalofriante cuando del Sol llegas, allí también está presente el nazareno desde su alto lugar y ofrece su protección; cuantos toreros, leyendas, lo han pisado… se percibía un runrún de tarde grande, entramos al callejón siempre por la derecha, santiguarse y palante, que emoción volver a sentir mi plaza, mirar hacia arriba y ver como bullen las almas. ¡Estábamos en Acho otra vez!
Y como no podía ser de otra manera. Pitos y matracas ¿qué pasa? La hora aquí en Acho es en punto, señores, 3.30 debe sonar el clarín y abrirse ese portón que da paso a nuestra ilusión. Miro al palco y el reloj daba 3.22 miro el mío 3.32. Ahí tiene usted la razón. Y Usía aún no estaba en su silla. Ese es mi Acho, caracho.
Paseíllo, palmas, minuto de silencio que se rompe con las voces coreando nombres de aficionados que perdimos en batalla y emotivo homenaje a su memoria. Y el momento de la ovación para sacar a saludar a la terna, como siempre pero, esta vez fue estruendosa y la gente en pie, porque volvíamos a nuestra plaza, a ver las luces de los trajes fulgurar y llenarnos el alma, lo que tanto ansiábamos se había hecho realidad. Emoción a flor de piel por el día del gran reencuentro en nuestra casa de toros. BIENVENIDOS A ACHO dijo un bocinazo de emoción en la lidia del primero. Bienhallada, señor, bienhallada.
Aterrizando la emoción pasamos a lo acontecido y esto en resumen nos dejó una solitaria oreja paseada en una tarde en que los espadas adolecieron de pericia con ella aunque se mostraron por encima de los planteamientos de sus oponentes. Los novillos estuvieron con justa presencia para una plaza como Acho en las dos ganaderías que se presentaron, San Alejandro (SA) y Apu Saywa (AS) procedencia Roberto Puga y Caicedo respectivamente. Destacó el quinto bis de Apu Saywa porque tuvo al español Martinez, el más rodado de la terna, ante un pequeñajo que si bien venía vencido inicialmente, supo meterlo en el canasto y fue entonces que ligó y surgió el toreo por bajo. Tuvo calidad pero también le pegó su revolcón por confiarse.Acho rugió. Pero de ahí al indulto hay mucha distancia. El ganadero lo pidió, irrespetuosamente saliendo al ruedo, y no encontró unanimidad de pañuelos por lo que acertadamente el juez no lo concedió, le hizo seña al torero que lo despachara pero siguió buscándolo con porfía, imagino que movido por su mal manejo del acero que fue evidente en su primero y por ello perdió trofeo que sí cortó en el bis tras pinchazo. Finalmente se llevó el novillero una oreja y una multa por invitar por su cuenta al ganadero.
El mexicano Rubén Núñez mostró buen manejo de las telas, colocación y ganas pero por la espada su labor quedó en una vuelta al ruedo al cierre. El peruano Samuel Calderón se llevó el peor lote, su noble primero duró poco y el cuarto, no le dio oportunidades. Los tres se llevaron revolcones y sustos por quedarse quietos ante el sordo peligro de algunos. Y antes de cerrar constancia debo dejar que la vuelta al redondel de un ganadero obedece al triunfo rotundo por el comportamiento y presentación de una corrida, no solo uno de ellos. No estuvo bien la osadía del novillero español al invitarlo. Acho se respeta señores.
Sin duda es una tarde que quedará en la historia y no por otra cosa que el día del gran reencuentro y el ambiente vivido. Porque hubo momentos buenos que el tendido jaleó y disfrutó. Recuerdo, escribo y el pensamiento se vuelve emoción y la emoción música, esa que siempre ponía en los programas de radio cada mes de octubre: entre nubes de incienso y al son de trompeta, clarín y tambor, entre sahumerio, fe y oración... con un traje de luces se engalana la tarde, un capote un estoque y un coro de voces que gritan olé!
Y cómo resonaron esos "oles" ayer en el Acho, desde el cerró hasta el mar…
Toro a Toro
Primero Linajero 41 de San Alejandro un bonito colorado con los pitones hacia adentro que se empleó en el capote de Samuel Calderón sin humillar. Medido el castigo en varas. Busca tablas. Tras el quite y banderillas un bocinazo de bienvenida. En Sol brinda y empieza de rodillas su faena por derecha. Inmediatamente con la zurda logra algunos naturales muy buenos pero el novillo se viene a menos y complica la ligazón. Cubas le apunta. Pincha y entera arriba. Palmas y pitos al novillo.
Segundo para Jorge Martínez de Apu Saywa se emplea por bajo pero sale suelto en su capote. Palmas tras el saludo. Buena vara de Joseph Rojas. El Rata revolcón en banderillas. Y Ronald Sánchez con habilidad pero le recortó y en el tercero se la jugó Rata. Buen par. Trae guasa el novillo. Y mira y prueba por el izquierdo busca. Le puede y somete mejor por la derecha muletazos largos. Los de pecho en redondo muy buenos. Pincha arriba y otra vez… y otra, algunos pitos se, pinchazo hondo… una pena. Palmas.
El tercero para Rubén Núñez de San Alejandro. Hizo una cosita fea antes de llegar al capote, tornillazo por alto… lanceó quieto para embeber y cuando llegó el remate otro extraño deslució el momento. Vara en sitio de Angelo Caro. Aplaudido. Más ganas que lucimiento en el quite. Buen tercio y Desmonterado el Loro Ramos. Apuntaba escasa fuerza y cayó en la tercera tanda con la muleta. Buen inicio de rodillas. Noble pero Justo. Con la zurda menos emoción por la sosería del novillo. Pasó en falso y entera arriba. Palmas.
El cuarto de Apu Saywa para Calderón. No pasa por el capote echa las manos arriba y se defiende. Fuerte vara de Yaco. Agazapado siempre y sin entregarse complicado para el lucimiento. Lo pescó y lanzó por los aires. Desarrolló mucho sentido. Media estocada perpendicular y otra entera tendida. Palmas.
El quinto de San Alejandro se le viene cruzado en el capote de Martínez. Protestas por la debilidad de los cuartos traseros. Lo devuelve el palco. El quinto bis de Apu Saywa se le vencía pero lo condujo con los vuelos y por el izquierdo lo mejor barriendo la arena. Lo metió en el canasto también por la derecha y los circulares invertidos hicieron explotar en oles, realmente emotivo sentir rugir Acho. Petición de indulto del ganadero que no es mayoritaria en el público y no atendida por el juez. Pincha y entera. A punto de irse por el patio de arrastre empieza la vuelta al ruedo al novillo. El novillero en innegable desatino invita al ganadero a dar la vuelta al ruedo.
El sexto del mismo hierro el más serio y con edad y trapío para Acho, y como deben salir en una novillada con picadores, fue para el mexicano. Destaca Dennis Castillo en los pares y saluda ovación. Inicia de rodillas su labor. Algo soso el novillo trastea con intensidad por bajo que era lo que pedía para desplazarse pero no tomó vuelos su labor. Estocada caída. Vuelta al ruedo.