domingo, 26 de enero de 2020

Lo quise. Lo hice. Y por eso gané


Acabado el proceso ECE2020 déjame contarte... no era por cálculo político, era simplemente abrir una puerta.  

No ha sido fácil salir de mi zona de confort y hacer proselitismo. Es decir, hacer política. Aguantar con la mejor sonrisa que me digan corrupta y raterapor el color que vestía, no se lo deseo a nadie. No lo soy. Como consta en los registros de antecedentes que expuse. Como tampoco tuve mochila política que cargar. Pero así es el sistema.
Exponer tu vida al ojo público y el de tu familia, tampoco es fácil. Pero mi razón y mi motivo, en mi egoísmo, ha sido mi afición entendida como un modo de vida, que aporta sobre todo valores. Esos que se existen entre la muerte y la vida.

La educación se da en la casa y los conocimientos se adquieren en las escuelas o en la vida. Y por eso, llegó un cruce de caminos en mi vida donde familia, la que educa en los valores, y precisamente donde se instala la vivencia de nuestras tradiciones, se cruzaron decía, con lo aprendido en la escuela y en la vida, la defensa de la democracia entendida en el equilibrio de poderes que estuvo y está en total desequilibrio por no decir amenaza aunque parezca apañada por un 'sistema'. Tanto uno como otro motivaron que decidiera cruzar esa línea. Meterme entre los pitones por convicción y principios. Saben algunos los miles de soles que pedían los 'partidos' por dejarte entrar. Seguí tocando puertas y por interpósita persona en SN me dejaron pasar, enarbolando mi bandera del respeto a nuestra identidad cultural y tradiciones. Jamás callé lo que soy, taurina. Ni en mi hoja de vida, ni en mi presentación al partido político que me acogió. Tampoco en la televisión y menos en las calles. Dije al viento que ejerzo el periodismo taurino por vocación por 25 años y que soy café barista. Otros, asistentes en Acho, me veían en los sets, pero no se atrevían a decir en cámaras de su afición o al menos sus simpatías porque no es lo políticamente correcto. Hasta que llegó la hora de las definiciones y se sumaron en una lista por si acaso. Allá ellos.

Los resultados son lo que son. Yo sabia de las olas en contra por estar donde estoy, a la derecha popular, no la amoratada clase media, y por izar siempre mis banderas, aún siendo un mensaje incorrecto políticamente tampoco era de interés ser infiel a mis creencias políticas por subir en la cresta de la popularidad, y sabía que jugaban en contra incluso de los que supuestamente viven y ganan de las tradiciones.

Mi único interés fue avanzar en dejar abierto un camino en la agenda política que no solo con marchas se consigue. Y así ha sido. El partido que me acogió además se jugó por ponerse, estilo Vox, de ese lado que presumiblemente da menos réditos que el animalismo a ultranza. Algo se avanzó. Queda en otros continuar la senda. Y que postulaciones francas y abiertas como la mía se den en todas las regiones en más de un partido. Ahí tienen el reto.

Yo me quedo con las extenuantes jornadas de campaña, con el apretón de manos de mucha gente que no conocía y que esperan ser atendidos en sus necesidades, me quedo con lo gratificante de saber quien fue capaz de generosidad mayúscula (para contarlos alcanzan con los dedos de las manos) para cruzar esa línea a mi lado, con aportes y mejor aún con sus ganas de trabajar codo a codo, con ilusión por vivir la misma convicción y ser leal a ella hasta las ultimas fuerzas. Una experiencia que agradezco a la vida y al toro, al que también salí a defender.

Opinar o criticarme, puedes hacerlo. Juzgarme, jamas. Y si lo haces, espero que seas capaz de atreverte como lo hice. Esto no puede parar. Si todos y cada uno en su corazón o simpatía política lo intentaran, otro sino tendríamos.

Me permito el cierre para dedicárselo a mi Padre, Almirante de Marina, demócrata donde los haya, que me enseñó a vivir y enfrentar la vida en democracia y ser peruanista por encima de todo. Por eso hoy gané. Encontré un mensaje de visión de mi país que comparto y apoyaré sin mezquindad. Gané experiencia de vida muy gratificante porque hice algo más que ser siempre un elector confundido, amargado o resentido y me jugué, con mis banderas, por mi país. Por salir a la arena para luchar por vivir en respeto y libertad.