APLAUSOS. Roca Rey, caballo ganador. Hacía mucho tiempo que no se veía a un novillero salir al ruedo con las llaves de la Puerta Grande entre los dientes. Las manos las tenía llenas con los trastos en los que metió al novillo. Tras la fea voltereta con el capote, Roca Rey se creció y dio una clase de valor con el capote por caleserinas. Tremenda la actitud y la actuación del peruano que, sin tener un oponente con las mejores condiciones, lo exprimió hasta sacarle la última gota en cuanto a embestidas se refiere. De rodillas comenzó la faena de muleta tras brindar al público. Al mansear el novillo e ir a toriles, Roca Rey lo cuadró y fue cogido al entrar a matar, pero tras la estocada recogió las dos orejas con las que le premió el público y salió a hombros.
MUNDOTORO. Roca Rey cruzó la línea. Hay una línea invisible detrás de la cual está (prácticamente) todo. Andrés Roca Rey la cruza siempre y lo hizo en Santander. Cortó dos orejas por una faena sin mácula: valiente, firme, valiosa y torera. Su proyección es cada vez menos proyección y cada vez más certeza. la novillada de El Freixo, correctamente presentada, noble y con calidad pero sin el fondo suficiente para mostrarla en plenitud. Toda la que puede tener un novillero, creo que la tiene Roca Rey. Roca Rey lo hizo. Valiente y capaz, fue torero para ponerse con el capote frente al sexto, ser volteado y volver otra vez, para hacer lo mismo con más seguridad todavía. Fue el sexto un novillo de El Freixo con más movilidad y fondo que los anteriores, aunque acabó rajándose. Roca Rey comenzó de rodillas una faena impecable, y muy firme de plantas, tanto por la distancia como por los cites y el trazo. Muletazos valiosos sobre ambos pitones, adornos y la frescura que sa el valor, antes de una estocada algo defectuosa pero efectiva. Dos orejas.
BURLADERO. Roca Rey suma y sigue. Entre todo este plantel de jóvenes promesas destacó el peruano Andrés Roca Rey, que no se cansa de abrir puertas grandes y recoger triunfos. Sabiendo que tenía sólo una oportunidad, Roca Rey fue a por todas desde el saludo con el capote en el que alternó verónicas y chicuelinas que remató con una revolera muy aplaudida. Sufrió una fea voltereta mientras lo llevaba al caballo por caleserinas, pero se repuso para dejar después un quite por tafalleras y gaoneras con el que se vino arriba. Tenía ante él al novillo con más posibilidades del encierro por su movilidad y fondo, y supo aprovecharlo. Comenzó la faena de rodillas, llevando al de El Freixo desde el tercio hasta los medios, para ejecutar allí una estética y valiente faena en la que se impuso por los dos pitones a base de temple y firmeza. Está en todo su esplendor este novillero, no se le escapa una, y en Santander ha vuelto a demostrarlo. Fue una pena que el animal se rajase tan pronto, pues estoy segura que hubiésemos podido disfrutar mucho más de esta promesa que se está forjando y que ya tiene fecha de alternativa. Se tiró con ganas y fue volteado de nuevo, pero dejó una estocada efectiva tras la que afloraron al instante los pañuelos. Dos orejas y Puerta Grande.