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Bajo el título “la maldición de la princesa inca de Yerbabuena” el diario español El Mundo desnuda los negocios y avatares de la empresaria peruana Rocío Torres Carcasi, nueva propietaria de la finca Yerbabuena antes propiedad del matador de toros Ortega Cano por la cual se han pagado seis millones de Euros, según el diario.
Señala el diario que “La Rinconada en Perú es la cuna de la fortuna de la nueva propietaria de la finca, a más de 4000 metros de altura, 35000 mineros artesanales malviven extrayendo oro de las entrañas heladas de los Andes y se hacinan en un pueblo nacido al calor de explotación…”.
La que llaman en el reportaje “nueva señora de Yerbabuena” tiene su residencia en la ciudad de Juliaca donde también está la sede administrativa de la empresa aurífera Titán, de la cual es única heredera después del fallecimiento de su padre, por enfermedad, y su hermano, acribillado a balazos tras secuestrarlo al interceptarlo en la carretera. Su padre adquirió antes de morir la ganadería puneña de Checayani.
Al parecer la corresponsalía del diario español pretendió contactar con la empresaria peruana pero “personal armado niega el acceso e invita a los periodistas a contactar con el abogado de la familia, César Nakazaki, el mismo que defendió al ex presidente Fujimori… informa que Rocío sigue en España y dice no saber nada de la compra ya que habrían sido abogados españoles los encargados de constituir la sociedad y materializar la operación”.
En el reportaje se vincula a la empresaria con un torero español al que conoció por el año 2011 porque “tras comprar Checayani, los Torres organizaron una feria taurina en Azángaro, en la que según los carteles toreó el sevillano Francisco Javier Corpas”.